La receta de postre cremoso para chuparse los dedos

El Suspiro de Limeña es una receta emblemática de la gastronomía peruana, reconocida por su exquisita combinación de dulzura y textura. Este postre, con su base cremosa de manjar blanco y su coronación de merengue suave, es un verdadero deleite para los amantes del dulce. Su nombre evoca la delicadeza y suavidad con la que debe ser disfrutado, invitando a suspirar de placer con cada cucharada.

Este postre no solo es un símbolo de la rica tradición culinaria de Lima, sino también una muestra de la creatividad y el amor por los sabores intensos. Preparar un Suspiro de Limeña es una manera de llevar a tu mesa un pedacito de la historia y cultura peruanas.

Ingredientes

Para el manjar blanco:

• 1 lata de leche condensada
• 1 lata de leche evaporada
• 4 yemas de huevo
• 1 cucharadita de vainilla

Para el merengue:

• 4 claras de huevo
• 1 taza de azúcar
• 1/4 de taza de agua
• 1 cucharadita de jugo de limón
• Canela en polvo para espolvorear

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Procedimiento

1. Para el manjar blanco, mezcla las leches en una olla a fuego medio, removiendo constantemente hasta que la mezcla se espese y tome un color caramelo claro, aproximadamente por 1 hora.
2. Retira del fuego y deja enfriar un poco. Agrega las yemas de huevo y la vainilla, mezclando bien. Vuelve a poner al fuego por unos minutos, sin dejar de remover. Deja enfriar y reserva.
3. Para el merengue, en una olla pequeña, combina el azúcar y el agua. Lleva a hervir hasta formar un almíbar a punto de bola blanda.
4. Bate las claras a punto de nieve con el jugo de limón. Sin dejar de batir, añade el almíbar en forma de hilo hasta que el merengue se forme y brille.
5. En copas individuales, coloca una base de manjar blanco y cubre con el merengue preparado. Espolvorea con canela al gusto.
6. Refrigera por al menos 1 hora antes de servir.

El Suspiro de Limeña es la perfecta unión de texturas y sabores, donde el dulzor intenso del manjar blanco se equilibra con la ligereza del merengue. Este postre es una experiencia sensorial única, que invita a cerrar los ojos y disfrutar de un momento de pura indulgencia.

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