Delicioso
Iniciamos con una receta que promete deleitar a todos en casa. La combinación de vainillas suaves con la frescura de las fresas crea un postre ligero pero indulgente, perfecto para cerrar cualquier comida con broche de oro. Esta receta no solo es sencilla de preparar, sino que también ofrece una experiencia gustativa inolvidable, donde cada bocado te invita a sumergirte en una textura cremosa contrastada con el jugoso estallido de las fresas.
Además de su sabor excepcional, este postre tiene un aspecto visualmente atractivo que no puede faltar en tu mesa. Las capas alternas de vainillas y crema, coronadas con fresas frescas y un toque de menta, convierten a este plato en una obra de arte comestible. Es la opción ideal para impresionar a tus invitados o para disfrutar de un momento de placer personal.
Ingredientes
- 1 paquete de vainillas
- 500 ml de crema de leche
- 100 g de azúcar
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 300 g de fresas frescas
- Hojas de menta para decorar
Procedimiento
- Batir la crema de leche con el azúcar y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla firme.
- Lavar y cortar las fresas en rodajas.
- En una fuente, colocar una capa de vainillas.
- Cubrir con una capa de crema batida.
- Distribuir una capa de rodajas de fresas sobre la crema.
- Repetir el proceso hasta llenar la fuente, terminando con una capa de crema y fresas.
- Decorar con hojas de menta.
- Refrigerar por 2 horas antes de servir.
Este postre combina la textura esponjosa de las vainillas con la cremosidad de la crema batida y el toque ácido de las fresas, creando un equilibrio de sabores que seducirá a cualquier paladar. Su preparación es tan sencilla como su resultado es delicioso, lo que lo convierte en el cierre perfecto para una comida especial o en un capricho dulce para cualquier momento del día.
