La siguiente postal muestra una imagen con varios detalles característicos. Originalmente en blanco y negro, fue colorizada con algún proceso de fines de 1900, probablemente la fotolitografía. También está muy bien compuesta, mostrando en perspectiva las hileras que se pierden en el horizonte. Pero un dato característico y que se repite en más de una postal – incluso la fotografía que sirve de portada a esta nota – es su nombre: Un viñedo.
Así comenzaba a dibujarse un perfil de provincia que perdura hasta nuestros días.
En la próxima postal vemos la otra imagen que se transformaría en un ícono de Mendoza, la bodega. Para nosotros es invaluable, ya que se trata de una postal circulada y que cuenta con fecha exacta: 9 de abril de 1903. Por lo tanto, así se veía la actividad vitivinícola a comienzos del siglo XX.
Y se repite lo escueto del título, casi genérico: Una bodega.
Ahora continuamos con otra postal muy antigua, que muestra el trabajo en una viña a comienzos del siglo XX. Para el desarrollo vitivinícola de la provincia dos factores fueron fundamentales: la capacitación de enólogos a cargo de Michel Aimé Pouget, el agrónomo francés que introdujo la cepa del Malbec. La otra fue la llegada de los inmigrantes que trabajaron la tierra.
Hasta la llegada del tren a la provincia, las tropillas de caballos y mulas era el medio de traslado más común para las barricas de vino. Pero la particular geografía montañosa de Mendoza permitió que este tipo de traslado perdurara hasta mucho después del advenimiento del ferrocarril. En la siguiente imagen podemos apreciar una de estas caravanas trasladando vino desde San Rafael hasta Chos Malal en la provincia de Neuquén.
La inmigración que contribuyó al desarrollo de nuestra tierra del sol y del buen vino, tuvo diversos orígenes. Migrantes de países de Europa con larga tradición en el cultivo de la vid y la fabricación de vino, como España o Italia, aportaron con su conocimiento, pero también con rasgos étnicos característicos que se aún se mezclan con los autóctonos entre los viñedos.
La próxima postal nos acerca lleva hasta el departamento de Maipú, hasta una localidad en particular. Pocos saben que Cruz de Piedra fue el nombre original con que los primeros españoles bautizaron el departamento, hasta que 1858 tomó su nombre actual. Aun así, hay una localidad que conserva el nombre ancestral. La próxima postal nos muestra una imagen de Cristo con una Cruz de Piedra entre los viñedos maipucinos.
Y por hoy eso es todo. En nuestro próximo encuentro daremos otro salto atrás en el tiempo, recuperando nuestro pasado en imágenes. Hasta entonces