Las primeras imágenes fotográficas datan de 1825 y sin embargo no fue hasta casi un siglo después que pudo tomarse fotos en colores. Lo cual significa que durante casi cien años la fotografía fue monocromática, o sea en blanco y negro y diversas tonalidades de gris. También estaba el sepia, que aportaba algo de calidez. Por lo tanto, nuestros antepasados se las ingeniaron muy bien para ponerle color a sus imágenes. En esta sección recurrimos a las modernas tecnologías para darle cromatismo a las antiguas fotografías, en un proceso de cinco etapas. Pero en esta ocasión disfrutaremos de una serie de postales colorizadas con técnicas antiguas, en especial la fotolitografía. Solemos relacionar el pasado con la falta de color, pero la gente no “veía” el mundo que la rodeaba en blanco y negro, por lo que estos procesos buscaban acercar las fotos a la realidad.Cabe aclarar que ninguna de las siguientes imágenes fue tratada digitalmente.