MENDOZA AYER Y HOY
Se sabe que la vid llegó a la Argentina de la mano de los evangelizadores católicos, quienes necesitaban el vino para el sacramento de la eucaristía. Sobre lo que no hay acuerdo es sobre cómo llegó a Mendoza. Para algunos las primeras cepas llegaron desde Chile, para otros desde Santiago del Estero. Lo cierto es que las parras encontraron en el suelo agreste, el clima seco y sus 300 días de sol al año, el entorno ideal para desarrollarse de manera distintiva.
Hasta mediados del siglo XIX, en Mendoza se producía vino destinado al consumo interno y para comerciar con otras provincias, pero el traslado de barricas en carretas era bastante complicado. Aun así, los vinos locales ya destacaban por su calidad y tenían fervorosos admiradores. Uno de ellos era el General San Martín, quien se refería a su vino favorito como "mi mendocino", citado así en una conocida anécdota por Manuel de Olazábal, oficial del Ejército de los Andes y amigo del Libertador.
Pero en el año 1853, Domingo Faustino Sarmiento recomienda al gobernador Pedro Pascual Segura la contratación de Michel Aimé Pouget, el agrónomo francés responsable de la Mendoza vitivinícola que hoy conocemos. Entre otras cepas, introdujo una que haría historia: el Malbec.
Otros dos factores serían fundamentales para la industrialización de la vitivinicultura en la provincia. Uno de ellos fue el arribo del ferrocarril, que permitía el traslado a granel del vino elaborado hacia Buenos Aires y hacia otras provincias. El otro fue mucho más humano, la llegada de los inmigrantes. Algunos huyendo de la guerra, otros de la pobreza, se afincaron en Mendoza. Con sus costumbres enriquecieron nuestra cultura, con su trabajo y sus conocimientos, mejoraron el vino.
Fue así que con el paso de los años, el trabajo en la viña y en las bodegas se afirmó como parte de nuestra identidad. Y una de esas costumbres, la de festejar el fin de la cosecha, trascendió los límites de los viñedos para convertirse en tradición: La Fiesta Nacional de la Vendimia.
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Y para cerrar, una imagen y un cultivo muy relacionado a la viña. Las plantaciones de olivos al pie de las hileras - que sirven para afianzar el suelo y proteger a la uva del viento - y la cosecha de aceitunas.
Y por hoy eso es todo. Hay muchos más registros fotográficos de Mendoza que seguiremos compartiendo en este espacio. En nuestro próximo encuentro daremos otro salto atrás en el tiempo, recuperando nuestro pasado en imágenes. Hasta entonces.
