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Historias de por acá

Un billete, una traición, una leyenda: El Gordo de Navidad que sacudió a San Martín

Los sorteos de Navidad, Año Nuevo y Reyes de la Lotería Nacional fueron, durante mucho tiempo, la gran posibilidad en Argentina de ganarse un millonario premio que resolviera todo de por vida. Fue en ese tiempo que ocurrió esto en la mendocina San Martín, anécdota que aún se recuerda.

La historia de la traición del gordo de navidad - San Martin (Mendoza)por Enriqu

El tiempo pasa muy deprisa. Uno es niño y en un pestañar la juventud ya pasó. Todo es efímero. El presente es solo un recuerdo inminente, casi siempre mejor, casi siempre difuso. Los que antes se morían de viejos ahora somos nosotros mismos. Y en ese grupo de los que tenemos mucho pasado y un futuro breve, estamos los que recordamos que antes, mucho antes, ayer mismo, la única esperanza de que el destino se nos transformara en algo fantástico de un momento para otro, era haber comprado el cartón ganador del Gordo de Navidad de la Lotería Nacional. En todo caso el Gordo de Fin de Año o el de Reyes. No había Prode (ya casi nadie recuerda qué era) y mucho menos Telekino, Quini 6, Loto y otros inventos semejantes de pozos millonarios que siempre se gana otro, que no somos nosotros. 

Gordo de Navidad en San Martín de Mendoza
 

Lo que contaré ocurrió realmente por más que parezca fantasía. Muchos lo recuerdan en la ciudad mendocina de San Martín, con detalle y nombres y apellidos. Pero ha pasado hace mucho y esos recuerdos están sazonados con condimentos propios del que los relata y esto hace que el episodio se transforme, más que un dato histórico, en una leyenda urbana. Por esto y también porque el tiempo ha sanado heridas, evitaré identificar a los protagonistas.

Don Carlos no se perdía una sola jugada de la lotería. Siempre jugaba un entero completo, siempre al mismo número: 82.145. El agenciero de San Martín que lo tenía de cliente ya tenía ese número reservado para él. "Este no se vende, es el número de don Carlos" decía. Fue una rutina durante casi 10 años. La mayor expectativa era para los sorteos de Navidad, Año Nuevo y Reyes porque los pozos eran mucho más grandes. Pero Carlos nunca había sacado gran cosa, apenas alguna terminación que le hizo salvar algunos pesos.

Cada tanto el cliente viajaba, ya sea por negocios o de vacaciones con su familia, y el agenciero siempre daba por jugado ese número por don Carlos que, la mayoría de las veces, los dejaba pagado por adelantado. Aún si, por algún motivo, el hombre olvidaba pagar el número antes de partir, el agenciero lo daba por jugado y Carlos lo pagaba religiosamente a la vuelta, por más que ese bendito número figurara nuevamente en la enorme lista de los perdedores.

Pero, cierta vez, hace ya más de 20 años según se recuerda en San Martín, hubo un acontecimiento que quedó guardado en la memoria colectiva y que ahora se cuenta casi como una leyenda.   Era verano. Don Carlos tendría unos 65 años. Sus hijos habían ya conformado su propio hogar y vivía solo con su esposa. Decidieron ese enero ir a la playa. Antes de partir Carlos fue hasta la agencia de lotería y quiniela y le dijo al dueño: "Te dejo pagados tres sorteos. Si me atrasó y hay alguno más vos, como siempre, jugámelo a mi nombre y después te lo cancelo".

Así fue. Pasaron las semanas. El tercer sábado, después de tantos años, salió el 82.145 a la cabeza. La grande. Era muy buena plata. En la playa Carlos se enteró de su fortuna pero no apuró su regreso, al contrario, disfrutó del descanso hasta los últimos días de enero. Sabía que ese número era el suyo, que lo había dejado pagado y que su agenciero era de confiar.

La historia de la traición del gordo de navidad - San Martin (Mendoza)por Enrique Pfaab
La traición del agenciero a Don Carlos se mantiene viva en  San Martín

Pero no fue así. La codicia venció al dueño del comercio. Se contactó con un amigo y le propuso un negocio redondo: "Yo al 82.145 siempre lo doy por vendido y esta vez también fue así. Hagamos de cuenta que me olvide de guardarlo y te vendí este número a vos. Vos cobrás y me das la mitad. Cuando vuelva don Carlos yo le digo que me olvidé de reservarle el número, que lo vendí y que no recuerdo quien lo compró". Así lo hicieron

La historia de la traición del gordo de navidad - San Martin (Mendoza)por Enrique Pfaab
 

Don Carlos casi se muere cuando el agenciero le contó esa historia. No la creyó y estuvo a punto de atacarlo a golpes, pero no tenía cómo comprobar ante la Justicia que ese número, el 82.145, el que había ganado el premio mayor, era suyo. Entonces debió resignarse. Como venganza solo le quedó contar la historia a quien se le cruzara y que la mala fe de los cómplices se conociera en la vecindad. 

Dicen que, como todo dinero mal habido, no le cambió la vida al agenciero y al falso comprador. Apenas se dieron una gran vida por un tiempo. Después todo se terminó. Salvo la historia, que sigue tan viva como el día del sorteo.

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