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Final del juicio

Condenaron a 8 años de cárcel a un penitenciario por abusar de una detenida en Tribunales

El hecho sucedió en una celda de la Unidad 32 en la Navidad de 2020. La mujer había sido aprehendida en una causa por estupefacientes. Allí, el agente se aprovechó de ella y luego, bajo amenazas, le dijo que "le iba a pasar algo a sus hijos si decía algo". El hombre sostuvo su inocencia y expresó que todo fue consensuado.

saul beterrete

Este jueves, la Justicia condenó al penitenciario Saúl Beterette a 8 años de prisión por haber abusado sexualmente de una detenida en el edificio de los Tribunales Federales en Mendoza. El hecho ocurrió en la Navidad de 2020, cuando a mujer permanecía encerrada en una de las celdas de la Unidad 32 ubicada en el subsuelo de los tribunales de la calle España.

Según la declaración de la víctima, mientras estaba tras las rejas, le pidió un cigarrillo al agente. De repente, Beterette se habría bajado los pantalones y obligó a la mujer a que le practicara sexo oral, bajo amenazas.

Luego, ella fue al baño y allí denunció lo sucedido a otra agente. Beterette, rápidamente, fue imputado por abuso sexual agravado: en las pericias comprobaron que había restos de ADN en las prendas de la víctima.

Por su parte, en el juicio el hombre afirmó que el acto fue consentido.

agente abuso
El agente condenado por abusar sexualmente de una detenida.

El crudo relato de la víctima

El hecho se denunció el 25 de diciembre de 2020, cuando la hermana de la víctima alertó a las autoridades judiciales sobre el abuso perpetrado a su hermana mientras detenida en la U-32. En este caso, el nombre de la mujer no se puede revelar por ser de instancia privada.

En un primer momento, fue aprehendida por violar el régimen de prisión domiciliaria un día después de haber sido condenada a seis años de cárcel en una causa por comercio de estupefacientes en el Este provincial que involucraba a los hermanos Malla. Además presentaba a un par de policías que hacían de soplones y pasaban información a cambio de drogas.

Durante el debate, se comprobó que Beterette se acercó al pasillo donde ella estaba y llamó su atención, previamente se había quitado la identificación correspondiente de la camisa. En ese momento, la mujer le pidió un cigarrillo y el uniformado le contestó que le iba a dar uno. Luego le dijo: “Vení, vení acá”.

“Yo me bajé de la cucheta y él se bajó el cierre del pantalón y me hizo que le chupara el pene, yo le dije que no quería”, manifestó la denunciante.  Y describió: “Me dijo que me callara la boca porque tenía hijos y que le iba a pasar algo a mis hijos si yo decía algo, y que no me iban a poder hacer depósito mis hermanas y que me iban a empapelar para el lunes y que no me iba a ir a ningún lado”.

La mujer contó que la obligó a que le practicara sexo oral y que le pasó las manos por los pechos y las partes íntimas “por adentro del pantalón”. Acto seguido, dijo que el guardia eyaculó sobre ella, su ropa y una almohada. “Me dijo que me quede callada, que no diga nada, que me iba a estar mirando y ahí esperé unos diez minutos más o menos y llamé a la celadora para que me saque al baño”, declaró.

Allí, logró contarle a la agente lo que ocurrió.

Las pruebas en contra del penitenciario

Las autoridades secuestraron las prendas de vestir y también hallaron los rastros de semen sobre la cama. En el cotejo de ADN descubrieron muestras genéticas del sospechoso, el cual terminó dando positivo.

Como las pruebas lo complicaban, Beterette confesó el encuentro con la detenida, pero negó el abuso, alegando que todo fue consentido. Lo mismo hizo en el debate.

“Yo soy inocente de lo que me están acusando. Nunca fue un abuso, no hubo abuso. Consensuadamente, me masturbó, pero fue consensuado. Soy inocente de lo que me están acusando, no hubo abuso, no hubo sexo oral. Fue consensuadamente, pero no hubo sexo oral ni abuso”, expresó en su relato.

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