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Cambio climático

El aporte de un científico mendocino para disminuir el calentamiento global

Un estudio publicado en la revista Nature reveló que los halógenos naturales de vida corta generan indirectamente un enfriamiento del clima. Rafael Fernández, investigador del CONICET-UNCuyo fue parte de ese estratégico estudio.

oceano

Cuando uno lee la palabra halógeno, lo primero que se viene a la mente es una lámpara. Ahora, si se explica que los halógenos naturales de vida corta cumplen un papel fundamental en la lucha contra el calentamiento global, resulta difícil de creer.  

Para entender un poco más esta nota, primero hay que saber qué es un halógeno. Se llama halógenos a los seis elementos químicos que se encuentran en el grupo 17 (VIIA) de la tabla periódica. Ellos son el cloro, el flúor, el bromo, el yodo, el ástato y el teneso. 

Los halógenos han sido empleados desde la antigüedad por los humanos. Incluso antes de poseer un conocimiento químico profundo que nos permitiera distinguirlos o estudiarlos mejor. Fueron utilizados principalmente en forma de sales, que en la antigüedad se empleaba como método de preservación de la comida (salmuera).

De todos los halógenos, el flúor y el cloro son los más abundantes en la naturaleza. Los mayores depósitos de cloro del planeta están disueltos en las aguas de los océanos, en forma de sal marina. Por eso el papel fundamental del océano en este descubrimiento.

Un equipo internacional de investigación demostró cómo los halógenos naturales de vida corta generan un enfriamiento indirecto del clima y contribuyen a disminuir los efectos del calentamiento global. Sí, la naturaleza misma nos brinda los elementos para corregir lo que los humanos provocamos, el efecto invernadero.

El estudio, publicado en Nature, resume una serie de trabajos relacionados a la interacción química-clima que poseen los halógenos naturales.

La evolución del clima 

“Durante todos estos años veníamos analizando cómo los halógenos perturban químicamente la concentración de distintas sustancias como el ozono y el metano, entre otras. Y como nos interesa la interacción con el clima, nos centrábamos en cómo impactaba en las distintas proyecciones para estudiar el clima. Ahora, lo hemos visto al revés, hemos podido expresar cómo la química de los halógenos naturales contribuye a la forma en la que el clima evoluciona a través de los efectos directos e indirectos que poseen los halógenos sobre los principales gases climáticos reactivos”. 

La explicación es de Rafael Fernandez, investigador del CONICET en el Grupo de Modelado de la Química Atmosférica y el Clima del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO), profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Cuyo y responsable de configurar, ejecutar y procesar las simulaciones climáticas utilizadas en el estudio.

Los investigadores utilizaron el modelo climático CESM (Community Earth System Model) para estimar por primera vez la contribución de los halógenos naturales de vida corta al enfriamiento indirecto del clima: “Los halógenos naturalmente enfrían la atmósfera, y la forma en la que lo hacen ha ido cambiando desde tiempos preindustriales hasta el presente. Lo sabemos gracias a estudios de recortes temporales (time slices) en los cuales tomamos como punto de partida el año 1750. O sea, un período preindustrial, el cual comparamos con simulaciones realizadas en tiempo presente, correspondientes al año 2020, y proyecciones a futuro representativas del año 2100”, detalla el científico.

La investigación hace hincapié en cómo los halógenos naturales, pero también algunos compuestos producidos por la actividad humana, perturban a los gases climáticos que absorben radiación y generan calentamiento, conocidos comoshort lived climate forcers  

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Las emisiones de varios compuestos oceánicos enfrían el clima, pero no compensan el calentamiento global.

“Dependiendo de cuál es el climate forcer que afectan, el efecto indirecto que tienen los halógenos puede producir un enfriamiento o un calentamiento, pero el balance neto es de un enfriamiento global, que se maximiza en las latitudes altas. Por ejemplo, la magnitud del enfriamiento inducido por los halógenos sobre el ozono en las regiones polares es mucho mayor que la del calentamiento debido al incremento del metano en las regiones tropicales, lo cual implica que los halógenos naturales alteran la redistribución de calor en el planeta. 

El planeta en su totalidad se está calentando debido a la actividad humana, pero de diferente manera dependiendo de la región. Y el enfriamiento inducido por los halógenos se maximiza en las zonas donde el calentamiento producido por las emisiones del hombre es mayor 

Efectos a lo largo del tiempo

La emisión de contaminación humana y el desarrollo industrial modifica la química de fondo de la atmósfera y, debido al incremento de estos contaminantes, el proceso de reciclado de los halógenos cambia. “El aumento de ácido nítrico y de ozono producidos por la actividad humana, han incrementado la eficiencia de reciclado y captura de haluros del océano y los aerosoles, a eso lo llamamos Amplificación Antropogénica de las Emisiones Naturales. O sea, se modifica e incrementa la eficiencia de un proceso natural como consecuencia de la actividad humana, y eso hace que el efecto de los halógenos sea distinto en tiempo preindustrial, en el presente y en el futuro”, explica el científico mendocino.

La investigación plantea nuevos interrogantes sobre el efecto de los halógenos en el cambio climático. Y aunque este nuevo mecanismo de enfriamiento no llega a compensar el calentamiento global provocado por el hombre, permitirá una mejora en las predicciones del clima.

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