Cines de Mendoza: "hubo un tiempo que fue hermoso"(2° parte: Cines de barrio)

Existían dos modalidades de salas: la tradicional, techada, y la sala al aire libre. Generalmente estas últimas eran un predio cerrado con muros altos, donde el frontal se pintaba de blanco y hacía las veces de pantalla. En la mayoría de los casos, sus pisos eran de granza o directamente de tierra. Los asientos podían ser de totora, de hierro o de madera. Estas salas al aire libre eran una alternativa a las altas temperaturas de verano y, como es de prever, sólo funcionaban de noche. Las salas techadas, en cambio, se calentaban en invierno con salamandras o simplemente con el calor humano. Podían tener funciones en matinée, tarde y noche, sobre todo los fines de semana. Un mismo cine podía ofrecer alguna de las dos modalidades, pero en muchos casos presentaban las dos opciones, una para invierno y otra para la temporada estival.

En esta oportunidad haremos un repaso por los cines de barrio de Ciudad y Godoy Cruz, dejando para próximos artículos al resto de los departamentos.

Ciudad

En la calle Aguado al 150 de la Sexta Sección se encontraba el Cine Gran Capitán, frente a la plaza Malvinas Argentinas del barrio Villa Talleres. Se inauguró en 1946 y funcionaba de las dos maneras, sala techada y al aire libre.  A su lado se ubicaba la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, que aún existe. 

Cerca de allí, en calle Suipacha al 568, estaba el Cine Suipacha. Sus dueños eran los hermanos Paoletti junto a los hermanos Cano García, sociedad que supo ser propietaria de varios cines en Mendoza. Este cine también presentaba las dos opciones, sala techada y al aire libre, ubicadas una al lado de la otra. El Suipacha fue el primer cine de barrio en estrenar la pantalla Panorámica (más larga que la habitual) con la película nacional El Grito Sagrado. Cerró para siempre a principio de los años '70. En su lugar, el recordado Oscar López Pájaro (h), "Pajarito", montó en 1973 la confitería Cabaret, que duró apenas un par de meses pero tuvo entre sus logros traer a Mendoza la ópera Hair, que causaba furor en aquellos tiempos. Años después se instaló en ese lugar un supermercado.

En la calle Paso de los Andes esquina Pueyrredón quedaba el Cine Gran Oeste, de la familia Berardini. Posteriormente lo adquirió la empresa Garignani y el cine pasó a llamarse Caribian, que solía proyectar con frecuencia cine de autor. Actualmente también hay allí un supermercado.

En la cuarta sección, Videla Castillo 2680 casi Jujuy, estaba el Cine Real. Se inauguró a medidos de los años cuarenta y pertenecía también a la firma Paoletti – Cano. 

En el barrio San Martín, funcionó en los '70 durante unos cinco años el cine al aire libre 9 de Julio, en el que se proyectaban películas predominantemente cómicas y de acción. Dentro del predio funcionaba una cantina de choripanes, cuyo humo a veces dificultaba la visión de la pantalla.

Uno de los cines de barrio más prestigiosos sin dudas fue el Cine Selectro. Inaugurado el 13 de Julio de 1967 por los trabajadores del Sindicato de Luz y Fuerza, lo estrenó el film Cuando tú no estás, de Mario Camus. El nombre de este cine fue pensado como una combinación de "Selecto" y "Electro", en alusión a la actividad de los empleados lucifuercistas. Se lo ideó como un espacio de participación y difusión cultural y artística, por lo que siempre estuvo rodeado de un halo distinto. También fue un cine que, al igual que el Plaza, fue una especie de templo roquero en los años oscuros de la dictadura. Precisamente en este cine debutó en 1979 una banda que daría que hablar: Los Enanitos Verdes. El Selectro pudo resistir con éxito el destino de playa de estacionamiento o templo evangélico que signó la caída de los grandes cines. En los últimos años el Sindicato concesionó la sala para convertirla en teatro y hoy es una de las principales de Mendoza.

Godoy Cruz

En la calle Paso de Los Andes funcionaron varias salas de cine. La más conocida fue la del Cine Sportman, a la altura del 1634. Enfrente se ubicó durante un tiempo la sala al aire libre. Este cine también pertenecía a la sociedad Paoletti – Cano. La historia dice que en 1934 se abrió el antiguo Cine Bar Sportman unos metros más al norte, en calle Pellegrini y Paso de Los Andes. El nuevo edificio, totalmente antisísmico y con capacidad para 1000 butacas y 300 plateas altas, abrió sus puertas el 16 de marzo de 1950. El día de la inauguración se proyectó la exitosa película Filomena Maturano, y estuvieron presentes Luis Sandrini y Malvina Pastorino.  Con la decadencia, y tras un período como cine de adultos, a fines de los ochenta el municipio transformó la sala en un centro cultural. En 1992 cambió su nombre por el de Cine Teatro Luis Sandrini, pero al año siguiente se incendió y cerró para siempre sus puertas. Luego funcionó en el lugar un supermercado.

A unas cuadras de allí, en Paso de Los Andes 158, estaba el Cine Villa Marini. Luego, avanzando hacia el sur por la misma calle, estaba el Cine Continental, otro pionero en estrenar la pantalla Cinemascope (12 metros de ancho por 5 de alto) con el film nacional El Manto Sagrado.

Más adelante, donde Paso de Los Andes se transforma en Joaquín V. González, estaba el Cine Maipo, al aire libre. Este cine se utilizaba sólo en verano y, cuando llegaba el frío, funcionaba a sala cerrada en la calle García, del mismo departamento. 

En el año 1973 la empresa de los hermanos Napoletano. y Enrique Arros inauguraron el Cine C.E.C, ubicado dentro del centro comercial del II Barrio Empleados de Comercio. La empresa de los hermanos Sandri fue la que instaló los equipos, los cortinados y las butacas. Cuenta la anécdota que el día de la inauguración estuvieron presentes los actores Ricardo Bauleo y Víctor Bo, que andaban promocionando el film Tiburón, Delfín y Mojarrita. Otro momento épico en la historia del cine remite al sábado 7 de setiembre de 1985, fecha en que el ascendente grupo de rock Soda Stéreo presentó allí su segundo disco, Nada Personal. Marcada por el destino de muchas salas, cuando desapareció el cine se instaló en su lugar una iglesia evangélica.

Bajando hasta la calle San Martín, a la altura del Barrio Bombal (casi sobre Arizu) se encontraba el Cine Astral, administrado por el Sr. Giménez. Era una sala coqueta, bien equipada, con butacas tapizadas y cómodas. Todo muy acorde con el ambiente distinguido de los vecinos de la zona que acudían a ver cine. El Astral funcionó hasta 1972. En su lugar se instaló la boite "Aquellarre", mítico lugar que adquiriría fama por sus decorados yeso, inspirados en la vanguardia artística y la sicodelia sesentista. Aquelarre fue una creación de Ricardo Crespo, el mismo arquitecto que construyó las boites Al Diablo y No Se Dice. En 1974 un voraz incendio acabó con sus instalaciones para siempre. Curiosamente, tuvo el mismo que la boite Mau Mau en la cual se había inspirado.

Sin dudas, el cine más importante que tuvo el departamento es el Cine Plaza, que aún existe como teatro. Está emplazado frente a la plaza departamental, sobre la vereda oeste. Fue inaugurado el 16 de octubre de 1946, en un hecho cultural de relevancia que contó con la presencia del gobernador peronista Faustino Picallo. Con una capacidad de 1.300 butacas, este cine tiene una historia de gran significación para la cultura mendocina. Acá se hacían los recitales de rock cuando todavía era subterráneo. Y durante la dictadura los pibes podían entrar aquí a ver las películas prohibidas, cortadas por supuesto. El primer recital de rock que se hizo en esta sala data de 1970 y los mismos músicos armaron con tambores y panelcos el escenario, porque el cine no tenía. El 20 de Julio de 1973, día de la vuelta de Perón al país, la JP organizó en la sala un festival de rock que se suspendió abruptamente cuando empezaron a llegar las noticias del tiroteo en Ezeiza. Una fecha verdaderamente nefasta fue la de octubre de 1975, cuando una patota del D2 interrumpió a los golpes y palazos un recital de Lágrimas Blues. Los desquiciados policías se llevaron a todo el mundo preso y algunos miembros de la banda fueron torturados durante días en el Palacio Policial. En los años '80 el cine cerró sus puertas, pero en 1988 la Municipalidad lo tomó en concesión para actividades culturales. Cerró nuevamente en los '90, con riesgo de demolición, pero luego fue declarado Patrimonio Cultural provincial y hoy el Cine Teatro Plaza funciona y es una de las salas más importantes de Mendoza

Siguiendo el recorrido histórico, por la misma vereda del cine Plaza, unos 20 metros más al sur, antiguamente estaba el Cine Coliseo, que también se llamó Colón en una época. 

Y a la vuelta, por calle Lavalle, quedaba el Cine Soeva emplazado en las instalaciones del gremio del mismo nombre. Funcionaba al aire libre, al principio con sillas de totora hasta que más tarde estas fueron suplantadas por sillas de chapa. Fue inaugurado a mediados de la década del '60 y duró algunos años.

A pocas cuadras de allí, por calle Beltrán al 900, estaba el Cine Renacimiento, que funcionaba al aire libre. Propiedad del Sr. Francisco Portillo, sin embargo, duró muy poquito ya que para esa fecha, año 1978, el público ya empezaba a retacear presencia en los cines de barrio.

Podemos también mencionar el cine al aire libre La Cumbre, ubicado en la calle Revolución de Mayo al 1537, en la zona de Villa del Parque, 

Una sala muy trascendente de la zona fue el Cine Gloria, en calle Perito Moreno 1073. Abrió sus puertas en 1952 con la película argentina Cinco besos. Estaba equipado con equipos de proyección DIUM y en un momento causó sensación al incorporar la novedad de una pantalla Panorámica. Actualmente todavía puede leerse en una placa ubicada en la vereda del lugar: “En este lugar funcionó el Cine Gloria. Referencia de los cines barriales en los años '60 y '70, época de oro donde las historias llenas de sueños se hacían película”. El Gloria tenía también la modalidad al aire libre con una instalación ubicada en calle Córdoba. Luego de su cierre definitivo, el Cine se convirtió en un templo evangélico.

Otro cine importante que tuvo el departamento fue el Agustín Álvarez, que se emplazaba frente al Calvario en la calle Cervantes y Mariano Moreno, en la zona de Benegas, Sus dueños eran los empresarios Carrillo y Cainadán. Para la época de Semana Santa, este cine proyectaba películas en continuado, día y noche. Desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Gloria. Dicen que no era extraño que muchos peregrinos que concurrían al Calvario entraran a ver La Pasión, en versión muda, y de paso tomaran un sueñito en sus butacas para reponer fuerzas. Todavía quedan vestigios del cine, donde actualmente hay una cancha de bochas y un club social.

(Próxima entrega: Cines de Lavalle, Las Heras, Guaymallén y Luján)