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Voces referentes

Darío Ghisaura: "Quienes vivimos los '80 sabemos que aquella mística no volvió a repetirse"

Fue uno de los fundadores de Raivan Perez, una de las bandas emblemáticas de la posdictadura en Mendoza. Pudo dirigir la música de una edición de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Hoy alterna su tiempo entre la concreción de un museo sonoro, y su música. El notable perfil de un artista vigente.

DARÍO GHISAURA

La voz de Dario Ghisaura (59) es inconfundible. Atraviesa cinco décadas, habitando canciones que sobreviven en el legado musical mendocino de los años 80. Hoy es un artista maduro, que sigue creando músicas, pero que además incursiona en la gestión cultural, sosteniendo una incesante búsqueda de nuevos caminos y, sobre todo, siendo fiel a si mismo. Aquí, una charla de horas que pudieron haber sido unas cuantas más.   

DARÍO GHISAURA
El disco Raivan Perez fue editado en 1988. PH Silvana Furfari

Se cumplen 35 años de la edición del Disco de Raivan Perez. ¿Qué sensaciones, recuerdos y reflexiones te dispara ese dato? 

Que no puedo creer la velocidad del tiempo, a veces parece que fue ayer, y a veces parece que fue en otra vida. Yo era un pibe de pueblo, que en el '86 salió de San Martín para ensayar en Mendoza con unos monstruos que venían tocando en primera clase desde años, como Cordero Rogel en batería, Alejandro Moyano en teclados, Pelado Mazzanti en bajo y Rizziero Catapano en las letras.

Grabar un disco en Buenos Aires era un gran logro… 

Después de intensos ensayos y varios shows memorables, y gracias a la gestión del mánager Chino Fares, en 1988 llegó la posibilidad de grabar un disco en Buenos Aires con producción artística de Daniel Sais (tecladista de Soda Stereo en esa época) para grabarlo en el estudio de David Lebón, donde trabajaba el ingeniero de mezcla Peter Baleani. Todos grossos. Imaginate que habían pasado sólo un par de años de habernos encontrado por primera vez ensayando en una salita de la casa del Pelado en calle 20 de junio de Godoy Cruz, y ya estábamos en Buenos Aires produciendo ni más ni menos que un vinilo de nueve canciones.

DISCO RAIVAN PEREZ
El vinilo de Raivan Perez, mítico disco del rock mendocino

¿Qué aprendizajes dejaron esas experiencias? 

Esas nuevas relaciones con músicos invitados al disco, los técnicos del estudio, el productor artístico, y nuevos amigos del ambiente, nos dieron otras perspectivas de cómo hacer un buen trabajo, desde la sala de ensayo, los arreglos, el sonido, las sesiones de grabación, la edición, hasta llegar al show en vivo. Ellos nos llevaban años luz de distancia. Claro que dejó muchas reflexiones. En lo técnico, no repetiríamos muchas cosas que ahí sucedieron. En lo humano, aprendimos como funcionaba el engranaje de las relaciones interpersonales a la hora de trabajar con algo de presión para encarar un proyecto y en lo musical, después el tiempo me hizo saber que hice lo mejor que pude. 

DARÍO GHISAURA
Darío Ghisaura, en una presentación en vivo. PH Silvana Furfari

¿Es uno de los discos míticos del rock mendocino? 

La verdad no lo sé. A su llegada a Mendoza tuvo buena recepción, lo ponían en las radios, los boliches y en algunas fiestas. Tal vez porque tenía ese sonido moderno de la época. Las bases eran contundentes y se había trabajado bien en los arreglos de arriba. Hubo canciones que pegaron más que otras. Nosotros apuntábamos a Sin tu Cospel, o Yéndote, que representaban el primer tema de cada lado del vinilo, pero con el tiempo notamos que perduró más el gusto por Souvenir Americano, Viejas Campanas, o El Globo de Chernobyl.  ¿Si es un disco mítico? Sinceramente no sabría decirlo. Tal vez en su momento el rock mendocino se difundía mucho más en las radios, sobre todo en la Emisora del Sol, que manejaba Eduardo Betles, y que antes que otros, entendió que la gente, si atesoraba esas canciones a través de la radio, después asistiría con más ganas y asiduidad a los conciertos en la provincia. Este es un tema hermoso para debatir ante quien sea, sobre todo a quienes administran cultura, y quienes manejan el circuito de espectáculos privados. Porque hoy las redes no alcanzan para lo que se proponga hacer. Entonces nos preguntamos cómo hacemos para que los contenidos lleguen más efectivamente a la gente.

RAIVAN PEREZ
Cordero Rogel, Darío Ghisaura, Ale Moyano y Pelado Mazzanti. Historia pura de la música local.

¿Hay algo de aquellos años 80 que te genere nostalgia o que extrañés? 

En eso tengo una sensación indefinida, y tal vez dividida. Sabemos bien las cosas buenas que sucedieron en los '80 y las producciones importantes, que “sin precedentes”, se realizaron y difundieron, pero la sensación del tango llorón, de afirmar que todo tiempo pasado fue mejor, ya no me da para tanto. Extrañar, más bien pasa por lo emotivo. Lo que sí podría afirmar es que el contexto era muy diferente porque parecía que todo se hacía por primera vez. Antes de los '80 hubo producciones importantes, pero con la aplastante e inquisidora administración de los gobiernos fachos que hemos tenido en los '70, no brillaba nada. En los '80, con la democracia, pareció emerger todo lo que estaba guardado. Todo era expresión que había que gritar hacia a fuera. Muchas fiestas privadas, la poesía nueva, los shows en salones, boliches, y todo eso nos encontró en ese preciso momento y lugar a los Raivan Perez desde el '86 hasta el '90. 

DARIO GHISAURA
Ghisaura planea recopilar material antiguo inédito.

¿Qué imágenes guardas en la memoria?

Recuerdo las caras de la gente que iba a los conciertos. Había alegría, ganas de compartir, de saltar, parecía una década de juventudes que habían dormido una eternidad en el placard de las dictaduras, y que luego encontraba la rampa para hacer todo libremente. Eso sí se extraña, porque eran rasgos muy humanos que se notaban en cualquier recital. Si tengo que agregar algo de los '80, podría nombrarte a la creatividad. Las bandas y el público valoraban lo nuevo, lo que antes no se había hecho. Lo aplaudían y respetaban. Cuando llegaron los '90 se empezó a tocar covers en los pubs, y a una parte del público le gustó y se adaptó tanto a eso que después a cualquier músico le pedían esos temas conocidos…que justamente en su mayoría venían de los '80. 

Convengamos que lo que vino después ya no fue lo mismo. No subestimaría nada desde los '90 hasta aquí, porque también se hicieron cosas muy buenas, pero quienes vivimos los '80 sabemos que aquella mística no volvió a repetirse 

foto raul schor 2 - 1986 DARIO GHISAURA
Los Raivan Perez marcaron una era en la historia del rock menduco.

¿Y el presente dónde te encuentra? 

Hago mil cosas. Sigo componiendo, arreglando, editando, pero en un mundo más privado, tal vez más intimista. Lo que no significa que haya abandonado el escenario…(risas). Por ahí me sigue tentando la idea de colgarme la viola eléctrica de nuevo. Tengo un modesto estudio de grabación con lo básico para poder realizar una buena producción, tanto para mí como para los amigos que vienen a grabar. También estoy reactivando un servicio de amplificación de sonido para quienes desean hacer una presentación en vivo, y simultáneamente grabarlo en multitrack, así después entregar una producción completa de lo grabado. Aparte, con Guillermo Acieff , un músico amigo de Rivadavia, hemos emprendido un nuevo plan que se llama Ghisaura-Acieff / Canciones de autor, en el que tocamos de modo acústico intimista nuestras propias canciones compartidas.

dario ghisaura - 02
El museo sonoro es una idea de Ghisaura para custodiar parte del patrimonio intangible: la música local.

Tuviste a cargo la dirección musical de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2015. ¿Qué podés decir al respecto? 

Por esas cosas sorprendentes de la vida, fui convocado en 2014 para ser parte de un equipo artístico que competiría en un coloquio llevando una propuesta nueva para la tan identitaria Fiesta Nacional de la Vendimia 2015 en el teatro griego Frank Romero Day.  El equipo ganó en setiembre de 2014 y desde ahí no paramos de trabajar hasta marzo de 2015. Fueron siete meses de tanto trabajo junto al equipo que olvidé todo lo que estaba haciendo en ese momento, como mis estudios, dado que estaba en 1º año de la carrera de Gestión Cultural en el IESDyT-9-001 de San Martín. Como experiencia fue muy enriquecedora. Se armó un ensamble con más de 70 músicos. Creo que eran 55 instrumentistas y 20 cantantes que entraban y salían de a 4 en cada cuadro. Ha sido la fiesta más grande en la que me ha tocado trabajar, de la que corregiría muchas cosas y dejaría otras tantas que se hicieron bien.

en chile con zapallo DARIO GHISAURA
Darío y su inseparable viola.

—¿Es distinto ver o tocar en una Vendimia a producirla? 

Cuando la vemos desde afuera, nos transformamos en críticos infalibles, porque la sentimos nuestra, con sus tradiciones y sus modernismos. Pero cuando a uno le toca trabajar sin descanso en algo de características colosales, con mucha gente de distintos pareceres, y la sincro tremenda que exige armar entre los cientos de artistas, bailarines, actores, figurantes, y con tantos músicos tocando en vivo, a veces no querés volver a participar por años, porque siempre te desgasta, y después necesitás un mes para recuperarte….ja. Luego, con el tiempo empecé a valorar las cosas buenas que habíamos hecho. En nuestro caso, ese año el reglamento permitía tener un director musical en el equipo, que podía trabajar en conjunto con un director orquestal, que dirigiera y organizara los ensayos del ensamble. Debo agradecer a Pepe Sánchez que tomó ese lugar con mucha pasión y responsabilidad. Eso me permitió crear con el equipo artístico muchas alternativas musicales que se aplicaron a la puesta requerida por los directores generales, primero Marcelo Rosas, que falleció a fines de 2014, y después Sonya Sejanovich, quien dio lo mejor para que saliera todo como salió. Increible. Hasta se hizo una grabación en el Estudio de Zanessi y se editaron 10.000 discos con todas las canciones que fueron parte de los cuadros en el Frank Romero Day, las cuales fueron compuestas en su mayoría por músicos mendocinos.

Ghisaura
Ghisaura junto a “Gallineto” Giménez , músicos del Este reconocidos por la Legislatura de Mendoza.

Has desarrollado un hermoso proyecto de rescate patrimonial musical. Contanos de esa experiencia.

Justamente en 2017, cuando terminé la tecnicatura en gestión sociocultural, diseñé un proyecto para rescatar, salvaguardar y difundir el patrimonio cultural intangible, como es la música y todo lo concerniente a nuestra historia sonora. Así emprendí un nuevo proyecto: el Museo Sonoro. Siempre digo que la música es una de las artes que se vuelan más rápido de nuestra memoria. Los sonidos de las cosas. Un concierto que nos transforma y luego se va. Un disco que pasamos en un dispositivo, lo que sea. Pasa un tiempo y después se va olvidando. Y como hablamos de memoria, también vinculamos la identidad y el sentido de pertenencia, porque lo más importante que debe rescatar el museo sonoro es la música de los autores y compositores nuestros, de esta tierra. Allí nos encontramos con un mundo increíble lleno de riquezas artísticas invaluables, que hasta ahora no se han terminado de investigar y documentar para ser difundidas. En este caso vuelvo a repetir lo que pasó con el rock mendocino en los '80. 

Si no hay estrategias de difusión de nuestros contenidos es muy difícil que la gente tome conciencia de nuestro rico acervo cultural intangible. Y aún más difícil que se produzca una circulación y consumo de esos bienes culturales 

Por eso lo propuse al principio en la provincia, pero por diversos motivos no se dio. Entonces empecé a desarrollarlo en mi tierra natal, San Martín, donde paulatinamente  se ha ido entendiendo la necesidad de empezar a documentar el rico contenido de nuestro patrimonio cultural para darle forma a un museo sonoro, que le muestre a los estudiantes, turistas, y público en general, los audios, imágenes, biografías y digitalizaciones de los contenidos que fueron creados por los nuestros.

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Dario Ghisaura junto a Analía Elena y el ensamble de Vendimia, interpretando "Mi Amada Mendoza" en la edición 2015.

¿Algún dato concreto que nos puedas compartir de semejante búsqueda?

Entre tantos trabajos de investigación, hay uno que nos muestra cómo nació en San Martín la Zamba de mi Esperanza, una de las canciones más populares del folclore argentino, de la mano de Luis H. Profili, quien también intervino desde muy joven en la construcción de edificios históricos de la zona Este y Mendoza. Aún nos debemos un relevamiento, rescate, conservación y promoción de nuestro patrimonio cultural, enseñando la historia que conlleva cada uno. Si no trabajamos en defensa de nuestros contenidos, olvídate que en un futuro no muy lejano la gente vaya a consumir el gran trabajo de calidad que viene realizando el inmenso tejido sociocultural mendocino, que hoy económicamente está empobrecido, con una necesidad de ser valorado, contenido, y, sobre todo, contratado. Es imposible que la sociedad consuma, o pague las entradas de contenidos que no conoce y por ende no valora. Queda mucho por recorrer y aprender en esos intersticios entre los creadores y el público. Y eso lo vengo trabajando desde 7 años.

Si no trabajamos en la difusión y enseñanza de nuestros contenidos, en pocos años la topadora tecnológica de la globalización, que es una genia en borrar nuestras identidades, tendrá muy bien instalados sus contenidos en nuestras mentes, para que estemos convencidos de que es lo único valorable para consumir. Como claramente lo vienen haciendo desde hace más de 50 años con el cine, y ahora con las plataformas de streaming o las redes.

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En el inolvidable homenaje a Cerati en el Le Parc en 2015.

¿Cómo ves el rock mendocino actual? 

Debo confesarte que no salgo mucho a los conciertos, por lo que no estoy tan actualizado, pero algunas cosas que escucho, noto que aumentó muchísimo la calidad de los músicos. Tal vez pase en otras provincias también, que los adelantos tecnológicos, tanto en la sala de ensayo, en las grabaciones, o en los conciertos, ahora nos permitan resolver una producción sonora de una banda sin tener que hacer tantas gestiones  como antes. Ahora son más prácticos en elegir y tocar instrumentos. Escucho buenos y buenas cantantes, mujeres muy comprometidas y buenas cantantes, y también bandas de mujeres que le ponen todo para que suene bien. Podría decir que los cambios sociales también han incidido en la amplia gama del rock mendocino para abrirlo, mejorarlo, ampliarlo. He escuchado chicos muy buenos instrumentistas, muy maduros, y con muchas ganas de componer, de crear, que buscan no parecerse a lo anterior. Hay bandas que me gustan, entre ellas algunas han logrado trascender los confines de la provincia para llevar sus composiciones a otros escenarios, cosa que requiere mucho esfuerzo y sacrificio. Actualmente producen mucho contenido, y aparte de tocar bien, enfrentan con mucha responsabilidad su trabajo de tocar, cantar, de pertenecer a una banda, de ser parte de algo que los llevará a otros mundos para afirmar quienes son. 

Sólo está faltando buscar estrategias para trabajar en la puesta en valor, gestionar, comunicar, y encontrar los espacios adaptados y equipados para que hagan sus producciones sin quedar endeudados, y aparte para que, aunque parezca una utopía, algún día puedan vivir de eso. Es el gran desafío no sólo de los privados sino también del Estado

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Dario Ghisaura continúa creando canciones

¿Metas? ¿Sueños? 

Hace tiempo me encontré con algunos shows de Raivan Perez que digitalicé y gracias a ese trabajo hoy con un clic se puede ver en YouTube lo que hacíamos en vivo. Ahora estoy trabajando con material de Los Dinosaurios, de los '90 y de 2013 a 2016, que creo este año sale todo. Y ni te cuento las grabaciones de demos y esas cosas que quiero terminar para dejarlo todo publicado. Una meta muy importante es ver el museo sonoro realizado, en un espacio construido para tal fin, que pueda ir a visitarlo cuando sea viejo, y saber que dejé un legado para que afirmemos que hicimos lo correcto para salvaguardar y difundir nuestro patrimonio, para que los chicos en ese futuro se reflejen en su identidad, no en las ajenas. Si existe un apartado con el título de sueños, podría contarte mis deseos de vivir a las afueras de la ciudad con una vida tranquila y un estudio capaz de dar lo que llaman tranquilidad y/o felicidad a quienes graben para plasmar el arte en nuevos contenidos, donde se perciba ese contexto de paz y armonía. Una más próxima es que en noviembre, para mi cumpleaños, quiero hacer un show con las canciones compuestas en mi cocina, invitando músicos amigos con los que alguna vez compartimos escenario, grabaciones, lo que sea. Sería un show para y con los amigos de la vida y la música. A fines de octubre publicaré fecha y lugar de ese encuentro.

 

 

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