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Historias de por acá

Hoy, entre hileras, así se vive la vendimia real

Como todos los años, cientos de mendocinos, hombres y mujeres, corren por los surcos cargando tachos repletos con veinte kilos de uvas. Una y otra vez, de una punta a la otra, llenando camiones. Así es la vida entre viñedos.

Vendimia Milagros - El viaje del agua hasta la magia del vino

“Deme una gaseosa grande, de esas baratas de dos litros y medio. Las chicas ya no dan más, les quedan unas tres hileras y necesitan un poco de azúcar”, dice el hombre, parado en la ventana del improvisado kiosco inventado en una casa del callejón, el único sitio más o menos cercano para comprar algo. El hombre es jefe de la cuadrilla de cosechadores que ahora están levantando la uva en una finca cercana y después pasarán a la otra, y a la otra, y así hasta que no haya nada más por cosechar.

Es la vendimia, la verdadera, la que no tiene música, ni bailarines ni fuegos artificiales. Acá el tacho se paga a 400 pesos. Si el productor tiene apuro porque la uva ya está sobrada de grados y hay riesgo de tormentas (porque siempre hay) tiene que pagarlo más. Algunos lo han pagado a 700 para asegurarse tener cosechadores.

Vendimia y sus protagonistas
Cosechador en acción

Y el productor se queja porque el flete está caro. “Un camión me cobró 600.000. ¡Es una exageración! Fue de Santa Rosa a Maipú nomás, que deben ser unos 30 kilómetros. Está parado toda la mañana para que lo carguen y ponle que otras tres horas en la bodega, esperando descargar. Pero en un día el camionero se hizo unos 550.000, sacando el costo del combustible. ¡Es mucho!”, dice.Pero al menos hay una este año, salvo los pobres productores de Maipú y de alguna otra zona, que perdieron todo por la piedra.
 

Vendimia Milagros - El viaje del agua hasta la magia del vino
Camion llegando a la Bodega

Pero en la bodega, en muchas, la uva se recibe sin precio y con formas de pago inciertas. “Mi hermana, que tiene finca en Santa Rosa, recién el mes pasado cobró el último cheque de la cosecha del 2022. ¡Una locura!”, cuenta otro productor.

Vendimia y sus protagonistas
El vendimiador y su compañero el tacho 

Los cosechadores tratan de hacer la diferencia durante este par de meses, pero apenas les alcanzará para comprar los útiles para la escuela de sus hijos, algo de ropa, proveerse de alimentos que puedan guardarse. Harina, azúcar, yerba... Algunos de ellos empezaron cosechando durazno, después ciruela, ahora uva, en un mes aceituna. Pero la mayoría, después de tachear, volverán al oficio del resto del año. Albañiles, ayudantes de albañiles, obreros no calificados de cualquier cosa que ayude para comer.
 

Vendimia y sus protagonistas
Vendimiadora

La vendimia es así. Sudor y mosto chorreando por la espalda, el cuello, todo el cuerpo. Una mezcla pringosa que se pega a la piel y que se resiste a irse con el agua. Como la carencia. Como las necesidades. Quizás llegue el día en que la vida sea más justa, pero no será hoy.
 

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