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Guerra de Malvinas

El valor del sacrificio en el combate de Monte Longdon

El relato para Diario Mendoza del veterano de guerra Enrique Eneas Neirotti destaca la importancia de la entrega, el esfuerzo y la defensa de la soberanía de la Patria, valores que deberían ser recordados y valorados por todos los ciudadanos en la actualidad.

guerra malvinas

El teniente coronel Enrique Eneas Neirotti, mendocino, veterano de guerra de Malvinas, relata su experiencia en el combate de Monte Longdon, el más sangriento y de mayor duración en la guerra de Malvinas  (13 de abril al 12 de junio de 1982), en el que participó como jefe de la Tercera Sección de la Compañía B del Regimiento 7 La Plata. A pesar de las dificultades, valora el esfuerzo y sacrificio de los soldados y recuerda la importancia de defender la soberanía de la Patria.

Neirotti destaca el valor del sacrificio en el combate, donde los soldados daban todo por la defensa de la Patria, a pesar de las dificultades y los riesgos. En este sentido, recuerda que la defensa y el ataque eran organizados, pero las acciones eran caóticas y el fuego de las armas era intenso y constante.

Enrique Neirotti
Teniente Coronel Veterano de Guerra de Malvinas, Enrique Eneas Neirotti.

"El combate de Monte Longdon fue en el que participó la mayor cantidad de efectivos.
Argentina sufrió la baja de 36 personas y otras 65 resultaron heridas. En tanto, muerieron 23 británicos y 74 resultaron heridos.

La defensa argentina contaba con 278 hombres y el ataque británico con más de 600 solados, cañones de artillería de tierra con 69 metros y dos toneladas cada uno. La frecuencia de tiro de cada cañón era de 8 segundos. Al sur nos encontrábamos entre "fragatas" con cañones automáticos con proyectiles.
Participantes enemigos: Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales, Escocia, oficiales y suboficiales de Australia, Nueva Zelanda y mercenarios con apoyo de Estados Unidos y Chile.

El jefe comandante argentino de la defensa era el mayor Carrizo, yo era jefe de la Tercera Sección de la Compañía B del Regimiento 7 La Plata, Buenos Aires, tenía 31 años y era montañés, instructor de andinismo y sky y tenía 52 hombres a cargo, incluidos cinco del Regimiento Patricios. Soy mendocino y nací en el hospital Español en 1949. Sufrimos en el Regimiento cinco muertes y seis heridos por artillería y cinco heridos por armas largas automáticas.

En el combate nocturno el sentido que más se utilizaba era la vista. Los proyectiles iluminantes de artillería nos permitía ver hasta 50 metros más allá penumbra y luego oscuridad. Se ve muy bien al enemigo disparando proyectiles trazantes color naranja intenso, se ve toda la trayectoria.

Algunos británicos tenían más valor y arrojo que otros. El cabo escocés James Murdoch junto a un par de hombres nos sorprendía a pocos metros. Le disparé un par de ráfagas y cayó muerto. Tiene un monumento en su Escocia natal, el resto de los caídos y heridos británicos fue responsabilidad de la defensa de Longdon, a mi izquierda y derecha. Los hombres de Murdoch ya me habían herido y por la adrenalina que todos emanábamos no me dí cuenta. Me recupero y me ayudó el soldado Belmonte, arrastrándome a la zona de heridos. El combate se basa en el instinto para matar y/o sobrevivir al enemigo, con errores o sin ellos.

La vida se nos iba en instantes. La defensa y el ataque era organizado, pero las acciones eran caóticas y el fuego de nuestras armas era intenso, constante, el ruido de todas nuestras armas y la lluvia de proyectiles pesados de la artillería británica y sus explosiones hacía vibrar el terreno y nuestros cuerpos, a ello se le llama el ruido del combate y no se sabe quien va ganando, solo se percibe por la cantidad de muertos y heridos. Todos dan todo, donde algunos pierden todo, la vida misma, el resto pierde mucho y nadie gana, como en la pandemia.

En la inteligencia natural, no artificial, el soberano de la guerra, el arma más importante es el soldado.
No se puede ser valiente y héroe si no se tiene miedo de perder la vida.
En todas las guerras hay héroes no reconocidos, no considerados, no tenidos en cuenta, por ello tiene más valor dicho héroe que aquel que sí es reconocido.

Si bien tiene valor el éxito o el fracaso, lo valorable es el sacrificio, el esfuerzo para lograr el éxito aunque no se logre.
Todo lo que cuesta... vale.
El éxito no es definitivo y la derrota no es fatal (Churchil).

Para defender la soberanía de la Patria en mayor o menor medida es una responsabilidad de todos los ciudadanos y aquel que puede y quiere no se le puede negar el derecho de defender su Patria".

Enrique Eneas Neirotti, Teniente Coronel Veterano de Guerra de Malvinas  

[email protected]

Caídos argentinos en combate de las fuerzas armadas:

  • 75 oficiales
  • 295 suboficiales
  • 252 soldados

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