Más allá de las palabras, un libro de superación personal que cuenta cómo convivir con la tartamudez

"Es una característica, como tener cabello castaño", dice Nacho en una conversación que es fluida, natural, sin "saltitos", como dice él. Si no dijera que es tartamudo desde que nació y que lo sigue siendo, el entrevistador podría ignorar ese detalle y solo tener claro que Ignacio Vázquez Viera es un hombre de 41 años, abogado, escribano, doctorado en España en Derecho Ambiental, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Mendoza en donde, además, da clases y también en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Dice que escribió Más allá de las palabras durante diez años como manera de agradecimiento a quienes lo han acompañado en este proceso, su familia, sus amigos, algunos profesionales, pero especialmente para quienes puedan
encontrar en él alguna orientación para convivir en armonía con la tartamudez. "Es la única forma que encontré para ayudar a otras personas", cuenta. Tiene 41 años y una vida intensa, plena. Formó pareja hace poco, ama la actividad deportiva y su actividad docente.

"La aceptación lleva a la superación y no a la supervivencia. Soy igual que vos, vos tenés cabellos rubios, yo castaños; vos hablás de manera fluida, yo soy tartamudo", escribe en las palabras iniciales de su libro, al tiempo que aclara que allí "no escribo desde lo científico sobre el trastorno del lenguaje, sino
desde mi experiencia personal".

Más allá de las palabras es recomendado por la Asociación Argentina de Tartamudez, quien "desea que este emocionante libro le llegue a muchas personas, ya que le brinda al lector con tartamudez una enorme cantidad de valiosos saberes sobre las distintas etapas de la auto-aceptación y sus procesos internos, a su vez, el texto será igual de enriquecedor para una
persona que no tartamudea, ya que estimulará la escucha paciente, la comprensión y la empatía hacia las personas con disfluencia". Además, el libro fue declarado de Interés Provincial por la Cámara de Diputados de la Provincia de Mendoza.

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Ignacio hizo un largo camino de tratamientos desde los 3 años, cuando sus padres detectaron que tenía dificultades en el habla. En el libro cuenta todo ese camino, que incluyó decenas de sesiones con profesionales en Mendoza, que también sucedieron en Buenos Aires y llegaron hasta Europa, donde estuvo algunos meses tratando la tartamudez.

Pero cuenta que lo más efectivo comenzó cuando él asumió su tartamudez, comenzó a aceptarla como una característica e inició un proceso personal de estudio y autoconocimiento. No niega situaciones dolorosas. Las relata con detalle, pero sin resentimiento ni queja. Incluso en la entrevista cuenta que, cuando tenía 8 años y estaba en cuarto grado de la escuela primaria, una maestra lo hizo pasar al frente a dar una lección oral. "Yo tenía una novia en el curso y después de ese momento, me dijo: No quiero ser tu novia, no sabes hablar".

Algunas herramientas que obtuvo en los tratamientos, lo ayudaron. Otras no. Dice que en todo ese camino, "ninguno te enseña cómo gestionar las emociones".

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Su verdadero avance, surgió cuando entendió que podía aceptar la tartamudez, entenderla, relacionarse con ella, tomarla como algo propio, una característica, algo natural, incluso hasta jugar con ella a través del humor. De todo esto tiene mucho este libro, que es imprescindible para aquellos que tienen una disfunción en el habla, pero también para todos los que tienen la voluntad de entender las diferencias.

Algunos Párrafos:

• "Este no pretende ser un catálogo de teorías científicas, este volumen es un
  conjunto de reflexiones sobre lo que durante varios años fue para mí un
  conflicto, algo que busqué ocultar, y hoy es, sin dudas, una característica más
  de mi personalidad, que no quiero esconder, ya que me define".
• "Todos en la vida hemos sufrido situaciones complejas, dolorosas, peligrosas,
  graves, pero es de desear que ninguna de ellas se transforme en una
  vergüenza y sí en un motor de cambio. Es sobre la base de este razonamiento
  y al cristal con que miremos la causa y la tartamudez, si esta será un ancla en
  nuestra vida que nos impida avanzar o, por el contrario, una energía para la
  superación".
• "Es de vital importancia que el profesional que aplique o enseñe técnicas
  que serán de utilidad con el tiempo de práctica, también le dé a su paciente herramientas que le ayuden a sortear los obstáculos cotidianos
  con los que se enfrenta, ya que la angustia se experimenta en tiempo
  presente".
• "Hay hablar con los padres sobre el problema, hacerles saber que uno lo
  padece a diario, que tanto ellos como nosotros buscamos la forma de no sufrirlo, que necesitamos su ayuda, lo que no quiere decir que necesitemos angustia, por el contrario, ese sentimiento en ellos produce en nosotros una
  presión que hace más difícil superarlo".
• "He aquí otra premisa, no hacerse cargo de los comentarios de los
  demás: cada uno debe hacerse cargo de lo que le corresponde; nosotros, de la
  tartamudez".
• "Es fundamental ver al tema de la dificultad en el habla como un rasgo
  más de la persona: el color castaño del cabello, los ojos marrones, los bloqueos al momento de hablar. Es primordial restarle importancia".
• "No se debe ver al problema como un enemigo, como un contrincante, uno no debe buscar competir con él. Al momento de producirse el bloqueo, es mejor y menos estresante detenerse, respirar profundo, para relajarse y volver a intentarlo".
• "He aquí otro punto para tener en cuenta, la dificultad para hablar no sólo no es un problema, sino que además no es un impedimento".
• "El "Tratamiento Personal" implica necesariamente ponerse uno mismo a prueba. Es importante llevar a cabo aquellas actividades o generar
  aquellas situaciones a las que nunca nos hubiésemos animado".
• "Piensen en esta imagen, estamos frente a un enorme caballo intimidante, lo miramos a los ojos y vemos su propio temor e incertidumbre
  frente a nosotros. Luego de unos minutos de contemplación y
  de aceptación mutua, lo acariciamos, lo montamos y lo llevamos hacia
  donde queremos".

PRESENTACIÓN

28 de octubre – 18 horas
Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Mendoza.
Avenida Arístides Villanueva y Huarpes

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