Entrevista en Zafiro
Omar De Marchi, candidato a la gobernación por La Unión Mendocina, visitó este jueves los estudios de Estación Zafiro 89.5 y charló con Marcelo Ortiz y todo su equipo, durante la mañana esta jornada. En la entrevista, habló sobre la RTO, su polémica creación del frente, de su familia, del dolor de perder a sus padres y la emoción de recordarlos.
¿Se hablan con Alfredo Cornejo?
Yo no tengo problema en hablar con nadie de la provincia, jamás lo tuve. Con él hace mucho no hablamos.
Con respecto a la creación de La Unión Mendocina, De Marchi expresó:
Nos ha pasado de todo por haber osado a crear este camino. Yo me corrí de la zona de confort y eso significó caminar sólo en el desierto. Pero con la convicción de que Mendoza necesitaba una alternativa que no fuera volver al pasado, como es Cornejo y la Cámpora.
Esto le ha hecho muy mal a Mendoza. Hace 10 años que no crece económicamente: docentes con el peor salario, la crisis con la salud y los policías. Somos una provincia cara con los sueldos más bajos. Cambia Mendoza está agotado.
Nosotros tenemos un mensaje de positividad, de creer que las cosas se pueden hacer y hablamos desde la experiencia, como en Luján de Cuyo.
¿Qué van a hacer con la RTO?
La vamos a sacar porque no sirve. En Mendoza tiene que empezar a simplificarse en general la vida del emprendedor, del ciudadano, con el Estado.
La RTO es un nido de complicaciones, no sirvió para bajar los accidentes. Pero parece que, en Mendoza, la solución viene de meterle la mano en el bolsillo al contribuyente.
¿Cómo crees que va a ser el domingo?
Nosotros queremos ganar la gobernación de la provincia. Nos preparamos mucho para enfrentar los desafíos de la Mendoza que viene, si es que nos eligen.
Tenemos muchas ganas, no somos improvisados. Y tengo mucho para perder, yo podría haberme quedado en una posición tranquila, no haberme complicado con esto. Nos hicieron la vida imposible para que no compitiéramos. El perfil del autoritario lo que quiere es eliminar al adversario.
Por eso están tan molestos y creen que hemos pateado el hormiguero.
En el peor de los casos, perdés por pocos puntos, ¿qué vas a hacer?
Le habremos aportado equilibrio a la provincia y eso obliga al diálogo. Pondremos nuestras ideas sobre la mesa, Mendoza necesita un plan en serio.
Por eso hay que decir cómo. Vamos a trabajar en la infraestructura de los edificios públicos e invertir 8 mil millones de pesos en los primeros tres meses del año próximo. Trabajar en la capacitación e incorporación de los docentes, qué se hace con el Ítem Aula, el cual lo vamos a eliminar. Rediscutir el 30% de pérdida que tuvo el salario con la excusa de la pandemia. Ahí hubo una pérdida importante. Mendoza necesita discutir un nuevo plan de contenidos y de saberes para encarar el próximo tiempo.
Las cosas suceden cuando se planifican, tenés buenos equipos y cuando hay un liderazgo positivo y que se anime a incorporar las ideas de quienes piensan distinto.
¿Y tu papá?
Mi papá, Bruno, falleció en el 2020, con 95 años. Él nunca hizo política, tenía una sodería muy clásica en Luján en aquel tiempo, era un gran emprendedor. Mi mamá murió cuando tenía 15 años, eran años muy complicados.
Cuando me puse de novio con mi esposa, ella tenía 16 y yo 18 años, mi suegra, a quien la amo, le decía “ojo con ese chico que va por mal camino”. Ella es fantástica.
¿Cuál es el día más alegre de tu vida?
El nacimiento de los hijos, es el que más te marca.
¿Y el más triste?
El fallecimiento de mi mamá, yo era muy chico y ella era muy jovencita, tenía 47 años. Y la muerte de mi papá, un día muy triste, él era muy activo, participó en cuanta sociedad de Luján existía. Al haber sido sodero los conocía a todos y le hubiese encantado un velorio con mucha gente. Sin embargo, cuando lo enterramos con mis dos hermanas, fue una tristeza enorme.
Era “pum” para arriba, aunque en el último tiempo estaba enfermo. Yo le decía que íbamos a festejar su cumpleaños número 100 en la plaza de Luján, pero ya sabía que estaba en su etapa final. Tenía un espíritu emprendedor.
También se volvió a casar con Silvia, al tiempo que falleció mi mamá. Era una mujer excelente y falleció hace unos 10 años. Estuvieron más de 20 años estuvieron casados.
¿Cómo llegaste a tener casa propia?
Por un camino extremadamente sencillo. Nos la regaló mi suegro, en la calle Sáenz peña. Antes de casarnos, compraron unas casitas cerca de ellos y vivimos ahí alrededor de 15 años.
¿Extrañas ese Omar pibe de 30 años, llegar a la casa, comer? ¿Volverías el tiempo atrás?
Yo siempre soy un empedernido futurista. Mi frase de cabecera es “Siempre mirar para adelante”, porque creo que lo mejor está por venir.
Cuando, por ejemplo, cierro los ojos, me voy a mi época de la niñez, en Luján de Cuyo y con mis amigos de toda la vida. Yo tengo 57 años y tengo amigos que los conozco hace 50. Soy el único que hace política de ese grupo y hemos podido articular una hermandad.
Eso lo añoro mucho, fue una adolescencia muy tormentosa, pero la disfruté mucho. Viéndola con el tiempo la disfruté mucho. Después vino la facultad, me casé y tuve dos hijos.
¿Quién te dice la verdad?
Fundamentalmente mi esposa y también mis hijos. Mi hija es muy crítica. Ninguno de mi familia hace política ni han tenido un cargo público. No mezclamos las cosas.
En tu cumpleaños 80, ¿a quién te gustaría tener sentado en la mesa grande, esté o no esté?
Primero a mi esposa y mis dos hijos. A mis amigos de toda la vida, a mis hermanas, quienes han hecho mucho por mí. Mis padres.
En el brindis, ¿qué te gustaría que te diga tu papá?
Que me mire con esos ojos que tenía, que eran tan nobles y tan bondadosos. Que no me diga nada, sólo que me mire con esa cara de satisfacción.
¿Y tu mamá?
Ella era maravillosa. Le gustaba mucho la cocina, hacía unos bizcochuelos increíbles. Me hiciste emocionar. Nunca he llorado en una radio.
¿Y en el caso de tu esposa y tus hijos?
Mi esposa es un sostén impresionante. Ella bancó la peor parte, cuando uno es tan público y mis hijos también. Mi hija es muy crítica, me dice: “Mirá lo que dicen las redes”. Pero ellos comprenden.
