Patrimonio
El primero de todos fue el “Teatro Municipal”. Estaba situado frente a la Plaza San Martín (Cobos, se llamaba en esa época), en la esquina noroeste de calle Gutiérrez y España (donde hoy se levanta el Hotel NH, frente al edificio del ex Banco Hipotecario). Construido a fines del siglo XIX, el “Teatro Municipal” fue el principal centro cultural de Mendoza y un verdadero orgullo provincial. Aunque no fue el primero: en la década de 1830 ya existía uno construido por los vecinos, y a principios de 1850 hubo otro llamado “Teatro 25 de mayo”, con capacidad para dos mil personas. 
Una fecha clave en la historia del “Teatro Municipal” fue el 16 de agosto de 1899, cuando se estrenó el primer film que se exhibió en Mendoza. Ese día primero se montó en escena la pieza teatral “Juez y parte” y se proyectó en pantalla una breve cinta denominada “Cuadros submarinos”. A la noche se proyectaron dos cintas más: “Corrida de toros” y “Maniobras militares”.
El Municipal fue el teatro más importante que hubo en Mendoza. Hasta 1922, año en que se construyó el edificio del Teatro Independencia, que durante sus primeras décadas funcionó también como recinto de cine. Al menos hasta entrados los años '50 en que la ciudad se pobló de grandes salas.
El Teatro Municipal fue demolido en 1946 para construir allí un nuevo edificio de la Municipalidad que finalmente nunca se hizo, proyecto que abarcaba también al terreno de al lado: la vieja Plaza de Armas donde en 1929 asesinaron a Washington Lencinas. 
En las primeras décadas del siglo XX el cine se tornó muy popular en Mendoza. Como había pocas salas construidas a tal efecto la actividad se desarrollaba mayormente en los “Cafés Biógrafos” y las confiterías. que empiezan a exhibir películas para ampliar la oferta y tener más ventas. Estaban, entre otros: “La Chiquita”, frente a la Alameda, y “Los Leones” y “Furriol”, ambos sobre calle Belgrano, la de las vías. Luego se le fueron sumando sitios más distinguidos, como la “Confitería Sportman”, en calle San Martín 1343 casi Lavalle, y la tradicional “Confitería Colón”, ubicada en Necochea y San Martín. También la confitería “El Olimpo” de San Juan y San Luis, la confitería “El Progreso” y la confitería “La Perla”. Y no podemos olvidar al “Gran Cine Splendid”, primero al aire libre que tuvo Mendoza, ubicado en Colón y San Martín, donde hoy se levanta el edificio del Correo Argentino.
No obstante, comienzan a aparecer de a poco algunas salas concebidas como cines, inauguradas entre 1912 y 1915. Como la del recordado “Cine Continuo”, ubicada en 9 de Julio y Las Heras, la que al poco tiempo cambió su nombre por “Empire Theatre” y luego por “Cine Centenario”, en 1916. Terminaría sus días como “Cine Luxor”, ya en la década del '70.
Alrededor de 1914, en un local ubicado al costado la Confitería Colón (ex café “La Mascota”, esquina suroeste de San Martín y Necochea, donde hoy está la casa Vaypoll), abrió sus puertas el “Gran Cine Colón”. Un poco antes ya había hecho lo propio el “Park Teatro”, ubicado enfrente, sobre San Martín y Buenos Aires. Y un par de años después abriría sus puertas el cine “Salón Blanco”, en Catamarca al 150. También el “Café Biógrafo Avenida”, que funcionaba en el local de la “Confitería Sportman”, la más importante de la época junto a la “Colón”. Años después se fundaría en ese legar el “Cine Teatro Avenida”, uno de los más importantes que tuvo Mendoza.
Volviendo al “Cine Colón”, ubicado al costado de la confitería, con los años fue cambiando de nombre: primero a “San Martín” y finalmente a “Renacimiento”, cerrando sus puertas (el cine, no la confitería) en la década del '50 cuando ya empiezan a aparecer las salas imponentes de calle Lavalle y Buenos Aires. 
El período que va de 1940 a 1960 es el de las grandes inauguraciones, que van configurando el conjunto de salas de cine construidas con todos los lujos arquitectónicos y tecnológicos. También es el período signado por la creación de la Empresa “Film Andes”, en 1944, que durante dieciocho años producirá 16 películas y hará que Mendoza sea nombrada como la “California Argentina”, única de todas las provincias argentinas en tener esta particularidad. Todo este período coincide con la llegada del peronismo al poder y el impulso que éste le impregna a la actividad. También hay que resaltar el hecho de que hacer cine era tomado entonces como una actividad muy lucrativa.
Precisamente, el 15 de junio de 1946 se inaugura el “Cine Teatro Cóndor” en la calle Lavalle, que nace de un convenio con “Film Andes” para realizar allí los estrenos cinematográficos. Este cine majestuoso se ubicaba sobre la vereda sur y tenía unos hermosos decorados. La calle Lavalle sumaría con los años dos cines más, transformándose en la calle de los cines por excelencia. El primero fue el “Cine Teatro Ópera”, ubicado enfrente al “Cóndor”, en forma oblicua. Fue inaugurado en agosto de 1953 y traía la novedad arquitectónica de suprimir la platea alta y distribuir sus 1.800 localidades en una sola planchada que se elevaba de forma cóncava, naciendo desde el borde la pantalla hasta llegar a la parte más alta. El escenario tenía 17 metros de largo, con 17 camarines y un foso para la orquesta. Se estrenó teatralmente con la obra “Cuando los duendes cazan perdices”, de la compañía de Luis Sandrini y Malvina Pastorino.
El cine que completaría la trilogía de calle Lavalle es el “Lavalle”, inaugurado a fines de la década del '50. Estaba casi frente al “Ópera”, en la misma vereda del “Cóndor”. Al lado había una gran playa de estacionamiento, donde se hizo el cierre de campaña para las elecciones de 1973 con la fórmula del Frejuli Martínez Baca–Arturo Mendoza. Años más tarde, en ese lugar se construyó la Galería Independencia, que todavía está y en un principio conectaba mediante un pasillo con otra galería, la Florida, que salía por calle San Martín (hoy no existe). 
La otra calle de los cines famosa de Mendoza era la Buenos Aires. El primer cine en instalarse allí fue el cine “Estornell”, en 1927. A pasos de calle San Martín, fue el primero de forma antisísmica, con una asombrosa capacidad para 1.500 butacas. En esta sala se proyecta en 1930 el primer film sonoro argentino: "El Cantar de mi Ciudad", del Agustín Ferreyra. La película, que incluía un acompañamiento musical, presentó sin embargo algunos problemas de sincronización. Igualmente, con la idea de amenizar las funciones de cine, se anunciaron a tres orquestas dirigidas por el maestro Corona. A pocos años de su inauguración, el 1° de enero de 1932 el cine cambió su nombre por el de “Buenos Aires” y, décadas más tarde, volvió a modificarlo por el de "Cine Teatro Roxy".
Como dijimos antes, en los primeros años de la década del '40 Mendoza empieza a ser considerada una buena plaza para realizar películas. Tal es así que en 1944 nace la experiencia de “Film Andes”, casi junto con la llegada del peronismo al país. Es justamente en 1943 que un gran evento sacude la cultura mendocina: la inauguración del “Cine Gran Rex”, el más grande del interior del país. Tenía, entre platea y pulman, un total de 2.200 butacas y contaba con los últimos adelantos tecnológicos de sonido y pantalla. Años después, entre el “Roxy” y el “Rex” se ubicaría una tercera sala, la del “Cine Premier”, completando la trilogía de salas en esa cuadra. A la que hay que sumarle un cuarto cine, el “Fantasio”, ubicado en la misma calle Buenos Aires, pero al 123, pasando San Juan, al lado del edificio donde hoy funciona el Centro de Empleados de Comercio. El cine “Fantasio” fue inaugurado en 1944 y duró poco más de veinte años.
Si se quiere completar el cuadro de los grandes cines mendocinos no se puede dejar de mencionar algunas salas emblemáticas que también fueron orgullo para los mendocinos. Como la del “Teatro Mendoza”, ubicado en calle San Juan, entre Buenos Aires y Entre Ríos, vereda este. La historia dice que a mediados de la década del '40 una mujer española donó el terreno con la condición que se levantara allí un cine teatro. El “Mendoza” fue inaugurado el 7 de Julio de 1949 con la función teatral "Por los caminos de América". Muy coqueto, el edificio ostentaba una arquitectura moderna de estilo francés, con la herencia italiana reflejada en su forma de herradura y una fachada Art Decó. Este hermoso cine teatro conservaría su nombre hasta el 23 de octubre de 1970, cuando pasó a llamarse "Cine Teatro Center". Hace 15 años, en 2007, quedó inhabilitado por problemas estructurales. Ante la triste disyuntiva del cierre definitivo, finalmente fue adquirido por el municipio de Capital y se lo reinauguró con su nombre original, “Teatro Mendoza”. uno de los principales con que cuenta hoy la provincia.
En los años '70, el “Cine Center” y todo el tránsito de trasporte convertían a la calle San Juan en una de las principales arterias comerciales, con varios restoranes y sangucherías, como el legendario Palacio del Sándwich, ubicado frente al cine. 
Otro cine muy recordado por su particularidad es el “Cine La Bolsa”. Fundado a fines de la década del '20, era un típico café de hombres. Estaba ubicado en calle Necochea 85, donde hoy hay un edificio con departamentos. Probablemente haya sido propiedad de los hermanos Antún, dueños de la mayoría de las salas de cine de Mendoza.
Tenía a sus lados el café Jamaica, lugar de encuentro de usureros, y la casa de loterías La Baskonia. El café La Bolsa abría a las 10:30 y cerraba a la medianoche. Se podía tomar algo, comer y también pasar a ver alguna película a la pequeña sala. Era exclusivamente un lugar de hombres y las mujeres ni siquiera se atrevían a pasar por la vereda.
Fue demolido a mediados de los años '60. Dicen que se llamaba así por su cercanía con la Bolsa de Comercio, ubicada a pocos metros. Otros aseguran que era porque sus paredes tenían bolsas de arpillera colgando. 
Otro cine que fue un verdadero orgullo provincial es el recordado “Cine City”, ubicado en la Galería Tonsa. En sus inicios, esta galería era concurrida por gente paqueta y toda casa de comercio importante tenía allí una sucursal. En el subsuelo estaba el supermercado “Persian” (primero de Mendoza), destruido por la inundación del 4 de enero de 1970.
Inaugurado en 1960 junto con la galería, el cine City supo ser la sala más avanzada de Latinoamérica por su sonido y su sistema cinemascope en 3 D. Estaba ubicado en el primer piso de la galería, al fondo, con el café Vía Véneto custodiando el paso alrededor de la Fuente de los Deseos. El piso de la sala era anatómico, una losa curvada que permitía ver sin problemas desde cualquier lugar que uno se sentara. El día de la inauguración se proyectó una película con Yul Briner.
También es muy recordado el “Cine Teatro Palace”, fundado en las primeras décadas del siglo veinte. Estaba ubicado en calle San Martín, donde topa con Godoy Cruz. En 1923 cantó allí Gardel acompañado por Razzano en guitarra, espectáculo que repitió en el “Cine Centenario”. En la década del '70 tuvo un breve período como “Cine Radar” para convertirse luego en el “Cine Cinema”. Este último se especializaba en películas para niños, aunque también pasaba filmes para adultos. La salida al Cinema no se completaba si no se disfrutaba una buena pizza en Rodicar, ubicado a cincuenta metros, en la desembocadura de Córdoba sobre San Martín. 
No podemos dejar de señalar también otras salas de cine ubicadas en el microcentro, que fueron muy concurridas y que desaparecieron en los años sesenta: El “Cine Ideal” y el “Cine Alhambra”. También el “Cine Avenida”, que era uno de los más importantes y del cual ya hablamos. Los tres estaban ubicados sobre la Avenida San Martín, separados entre sí por unas cuadras.
Dejamos para el final a una de las salas más confortantes, coquetas y cómodas que dio Mendoza. Fue la última gran inauguración, antes de que la llegada de los años '80 comenzara a marcar la decadencia de los grandes cines. Estamos hablando del “Cine América”, ubicado en calle Lavalle entre Salta y Federico Moreno, vereda sur. Tenía un excelente sistema de calefacción y aire acondicionado, además de unos hermosos asientos color naranja promocionados como “butacas de avión”. Abrió sus puertas en 1974 con la proyección del film holandés “Puchito Campeón”.
La paulatina desaparición de los cines fue un proceso lento que empezó a darse a fines de los años '70, profundizándose a partir de la segunda mitad de los años ochenta y durante toda la década del '90. La llegada del video VHS, los cambios culturales y la falta de tiempo destinado al esparcimiento figuran entre las principales causas. Y un denominador común abarcó todo el fenómeno, una vez ocurrido: la conversión de todos estos edificios, verdaderas obras de arte, en templos evangélicos, playas de estacionamiento o supermercados.
Al principio, algunas salas intentaron subsistir dividiéndose en dos, como la del City (“City I” y “City II”) o los cines “Emperador I” y “II” que se instalaron había estado el “Cóndor”. Pero no alcanzó.
En 1997 la UNC Cuyo alquiló la sala de estos últimos, en calle Lavalle, y los convirtió en el “Cine Universidad y el Teatro Universidad”.
El último de los grandes cines en desaparecer fue el Rex, convertido hoy en locales comerciales. 
Hoy las salas de cine se han reconvertido, reduciendo su tamaño y agrupándose en cantidad dentro de los Shóppings y los Malls. También los hábitos culturales han cambiado, y hasta la forma de ver cine. Y un detalle no menor en todo esto: los altos precios de las entradas han elevado el nivel socioeconómico de los espectadores que concurren a ver cine, dejando de ser esta actividad cultural la más popular de todas.
A los nostálgicos solo les queda entonces mirar hacia adentro de alguna playa de estacionamiento o concurrir a algún tempo o supermercado, para imaginar cómo era todo antes dentro de ese lugar.
Antes, cuando había una gran pantalla en la que la vida y los sueños se daban cita, en matinée o a la noche.
Fotografías: Arhivo personal de Roly Giménez y www.mendozaantigua.blogspot
(Próxima entrega: Cines de barrio y Autocines)
