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El debate que viene

La ética detrás de la Inteligencia Artificial

El lanzamiento para uso masivo de la Inteligencia Artificial GPT-4 de Open AI reavivó el debate sobre la supuesta falta de ética de este tipo de desarrollos. Las regulaciones de internet y los intereses económicos que muchos prefieren ocultar. Del colonialismo tecnológico al rol planificador del Estado.

Inteligencia Artificial

El lanzamiento para el uso masivo de la Inteligencia Artificial GPT-4 de Open AI, de lenguaje preentrenado, generó un gran cuestionamiento por parte de la sociedad, por académicos y especialistas en tecnologías. Lamentablemente la mayoría de estas críticas se basan en el planteo de que esta IA no tiene una ética, siendo que todo proyecto tecnológico es hijo de un modelo de producción de lo social.  

El desarrollo tecnológico angloamericano, centralizado en el Silicón Valley, estuvo atravesado desde sus inicios por una cultura y una ética especifica. El entrecruzamiento de los intereses geopolíticos y un gran financiamiento de inversiones de riesgo dejó sus huellas desde su nacimiento. 

También la crítica de la falta de regulación impide comprender el problema geopolítico actual, ya que sí existen las instituciones que hoy gobiernan y regulan internet, las cuales son también comandadas por intereses angloamericanos.  

Es la crisis estructural de este proyecto global financiero y el surgimiento lento pero firme de un mundo multipolar, lo que permite cuestionar su desarrollo tecnológico y sus instituciones ¡y bienvenido sea! 

Podemos cometer serios errores pensando la IA y las TIC occidentales no se encuadran en una ética determinada, ya que lo que hay que cuestionar es justamente esta ética mercantil, especulativa y manipuladora propia del modelo de globalismo financiero neoliberal que se impuso en las últimas décadas

Este debate estructural, sobre el futuro de la humanidad, implica cuestionar el desarrollo tecnológico actual a la par de proponer un camino distinto, en donde se impulsen nuevas instituciones para la gobernanza y la regulación de internet, así como se reivindique el rol de los Estados y organismos regionales, tanto en la gobernanza, como en la regulación y en la planificación y desarrollo de los polos científicos tecnológicos regionales. 

La propuesta más cercana hoy es la de los BRICS Plus, como organismo impulsa una nueva diplomacia y que constituye una nueva forma de intercambio desde lo productivo, incentivando la trasferencia tecnológica y por lo tanto el desarrollo de polos de Investigación, Desarrollo e Innovación. 

Este organismo impulsa la articulación de lo diverso, como contracara a la universalización de la globalización neoliberal financiera y tecnológica.   

La verdadera historia del desarrollo de la tecnología angloamericana, invisibilizada desde sus comienzos, es la de un desarrollo público-privado de la industria militar y tecnológica bajo el comando de los intereses geopolíticos de EE.UU. e Inglaterra. Dos grandes hitos marcaron a fuego este devenir: el apalancamiento financiero, con capitales de riesgo, de fines de los '90 y los atentados a las torres gemelas del 11 de septiembre del 2001.  

A fines de los '90, con la caída de la ley Glass-Steagall que les permite a grandes bancos invertir y especular a gran escala, se apalanca como nunca antes el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Los lobistas de las empresas tecnológicas estaban en apogeo y prometían grandes rentabilidades en un corto periodo de tiempo. 

La crisis de las “.com”, que hoy vemos su reedición en la caída del Silicón Valley Bank, con sus especificidades, fue la evidencia de cómo las tecnologías acumulaban dinero barato, fácil, a través de inversiones arriesgadas y cómo las promesas de los grandes avances tecnológicos eran en gran medida humos y espejos. Luego de esta crisis, los inversores exigen más control del proceso en las empresas y ajustar aún más las tasas de rentabilidad, lo cual pone presión y objetivos a otra escala a las Startup de la tecnología. 

El giro que implicó para Alphabet (Google) a fines de los 2000 comenzar a utilizar el excedente de información conductual de las personas para construir perfiles psicosociales de los consumidores y usuarios y vender éstos para la publicidad, implico un cambio ético que solo fue posible porque estuvo habilitado, sostenido y legitimado desde el modelo capitalista neoliberal, financiero, manipulados y especulativo.  

Frente a este control del desarrollo tecnológico a partir de inversiones financieras de gran escala los sectores republicanos buscaron el control y la subordinación de esta tecnología a partir del Departamento de Estado. El gobierno de Bush hijo se legitimó mundialmente a través de la caída de las torres gemelas y la guerra en contra del “terrorismo”, logrando imponer un modelo totalitario, ejecutado mediante la vigilancia total. Estas tecnologías, como relata con detalle Edward Snowden, se utilizaron para este propósito. 

Pensar en la técnica y la tecnología como universales, por fuera de un proyecto político y social, negando así la comunión original entre cultura – ética – tecnología, es la victoria de la colonización cultural. Acorta la mirada de la política pública latinoamericana, restringiéndola a 'cómo adquirir la tecnología foránea' y dificulta el rol planificador del Estado Nación  

Para abordar el problema del desarrollo tecnológico en este mundo en crisis y transformación, tenemos el gran desafío de interpelarnos como región, como Estado y comunidad respecto de cuáles son los basamentos éticos en los cuales vamos a estructurar nuestra tecnología. Poner en el centro lo humano, lo comunitario, el intercambio y el dialogo entre las diversas experiencias, implica subvertir el orden tecnológico global actual que impone un modelo que niega la diversidad cultural y genera un nuevo sistema de colonialidad tecnológica. Es impedir que se consolide un sistema - mundo con países excluidos y dadores de materias primas y dato, y otros que dominan toda la cadena de valor tecnológica.  

Sin duda, en un mundo globalizado, esto implica comprender cuales son los proyectos tecnológicos que hoy se disputan la hegemonía para poder construir esa tercera posición desde la realidad efectiva de la geopolítica. Pero también implica la aceptación de la diversidad cultural y acelerar los puentes diplomáticos que permitan la construcción de diálogos e intercambios políticos y tecnológicos entre el Sur Global. Construir puentes entre los marginados de la tecnología hegemónica global actual en donde se pueda potenciar una ciencia y tecnología diversa, y se pueda reequilibrar el tan desequilibrado esquema tecnológico actual.   

Fuente: Télam

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