En la actualidad, muchas personas buscan la felicidad como un objetivo claro en sus vidas. El gozar de esta emoción, puede contribuir para tener un mejor equilibrio en cuanto a salud mental como física. Además, es un tema que ha intrigado a los expertos más reconocidos a lo largo de la historia.
En diferentes estudios, se ha comprobado que si hacemos pequeños cambios en nuestras rutinas, podemos lograr alcanzar este estado de ánimo, al liberar neurotransmisores que se las conoce como las “hormonas de la felicidad”. Estas actúan en el sistema nervioso cuando experimentamos placer o sentimos alegría.
El siguiente hábito que se puede practicar es el de tener autocuidado. Con esto, nos referimos a tomar medidas para mantener nuestro bienestar, dedicando tiempo a actividades que nos brindan salud. Esto puede incluir la práctica de ejercicio físico, asegurarnos de tener suficiente descanso y entretenimiento, entre otras cosas.
Luego, adquirir nuevos aprendizajes nos permitirá alcanzar la felicidad. Se puede lograr cuando sentimos que usamos nuestro tiempo en algo productivo, aumentando la autoeficacia y satisfacción personal. Además, nos permite sacar los pensamientos negativos.
El adoptar una mentalidad de gratitud, que implica apreciar la magnificencia de la vida en sus detalles más sutiles y valorar cada aspecto de nuestra vida, se ha comprobado que incrementa esta emoción notablemente, incluyendo también el bienestar emocional.
Por último, la Universidad de Oxford informó que, el dar y recibir abrazos a través de roces lentos y suaves, estimula unas neuronas específicas que favorecen a la liberación de endorfinas. De esta manera, se alcanza niveles de relajación, buen humor y sobre todo, la alegría.