TRISTEZA
La vida de Gladys Gaitán pasó en vuelo rasante por las canchas de básquetbol, de aquellas de tablero de madera, pisos de baldosas y a cielo libre. Así creció haciendo un deporte y logrando la trascendencia hasta jugar un Mundial.
Para Gladys de carácter fuerte; para los de afuera, y de corazón abierto; para los conocidos, el básquetbol fue una materia que no le quedó pendiente. Rindió en todo lo que se propuso y dejó su huella en las canchas de Agua y Energía, Amsa, YPF, Obras, Andes Talleres, Dorrego, Pedro Molina y otros clubes que se movían en los torneos de los años '60 y '70.
Gladys siempre marcó presencia como jugadora y luego como directora técnica en una puesto que competía con Norma Albertini, cuando la mayoría de los equipos tenía a varones como entrenadores. Jugó y dirigió a selecciones mendocinas a la par de los varones.
Tuvo su máxima alegría cuando fue convocada para integrar la Selección Argentina para jugar el Mundial de básquetbol femenino en 1971, en Sao Pablo, Brasil.
Así se transformó en la primera mendocina que participó en un torneo Mundial. Debieron pasar muchos años para que Carolina Sánchez, jugase tres Mundiales de mayores y luego en 2018 se agregaron a la lista Natacha Pérez, Andrea Boquete y Agustina Leiva en el Mundial de Tenerife, España.
En el Mundial de 1971, Gaitán compartió equipo con Leonor Rivero, de Rosario, y con Lidia Ravazzoli, que eran las jugadoras más destacadas de esos tiempos.
Argentina cayó con Unión Soviética, Cuba, Canadá, Australia y le ganó a Madagascar en la rueda clasificatoria. Después volvió a caer frente a Canadá, Estados Unidos y terminó con un triunfo frente a Ecuador. El equipo argentino terminó 10° entre 12 participantes en el torneo que fue campeón Unión Soviética y segundo Checoslovaquia.
Ese fue el recuerdo que atesoraba Gladys, pero no hacía alarde del pasado. Miraba el futuro, veía a las más chicas y siempre tenía un consejo para mejorar sus tiros al aro, sus marcas y para el mejor aprovechamiento integrar del juego. En el maxi-básquet continuó con su presencia adentro y afuera de la cancha. Con el gesto duro y la sonrisa atrás estaba Gladys y así la recordarán tantas amigas que dejó este jueves con su partida para siempre.
