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Aída Kemelmajer de Carlucci: “Hoy la gente vota sin esperanza”

La reconocida jurista mendocina recibió este miércoles la distinción de Ciudadana Ilustre del departamento de General San Martín. En diálogo exclusivo con Diario Mendoza dijo que “hoy no hay esperanza” en el electorado y también afirmó que “la Justicia tiene que recuperar la confianza que lamentablemente ha perdido”.

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Con la adhesión completa del cuerpo, el Concejo Deliberante de San Martín nombró este miércoles Ciudadana Ilustre a la jurista argentina Aída Kemelmajer de Carlucci, nacida en este departamento mendocino y miembro de una familia que es parte de su historia, especialmente en el ámbito de la cultura y el conocimiento.

Después de recibir la distinción en sesión especial, la ex miembro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza (de 1983 a 2010) y de la comisión que redactó el nuevo Código Civil de la Nación, la jurista aceptó dialogar con Diario Mendoza y, además de referirse a la distinción, responder un par de consultas sobre la actualidad.

─ ¿Cómo analiza este momento político de la Argentina?
─ Es muy difícil. Hace 40 años, por ejemplo, había dos proyectos muy diferentes. Uno era el que nos mostraba quien finalmente resultó electo, el doctor Alfonsín, y otro el que nos mostraba (Ítalo) Luder, un proyecto más conservador llamativamente siendo que venía del partido Justicialista. En ese momento teníamos esas dos visiones pero, no obstante el momento histórico que se estaba viviendo y las diferencias de un lado y del otro, había algo muy importante común, que era la esperanza. Estábamos todos esperanzados, más allá de que se adhiriese a una u otra visión. Hoy no hay esa esperanza, ese es el problema más grave. La gente vota sin esperanza, vota lo que le parece menos malo.

¿Cómo ve a la Justicia?
─ La Justicia vive hoy la crisis general que vive toda de la sociedad. Nosotros tenemos que trabajar muchísimo por lograr confianza pública, porque sin confianza no hay nada. Sin confianza no hay justicia, no hay economía, no hay nada. La justicia tiene que recuperar la confianza que lamentablemente ha perdido por una serie de causas, no solamente la politización, que es un grave problema, sino también por otras causas como la dilación indebida de los procedimientos. También hay una excesiva judicialización de todos los problemas. La gente cree que todo tiene que solucionarlo la Justicia y eso no es así. Los padres discuten en que iglesia bautizar a los chicos, si no se ponen de acuerdo, van a que el juez lo resuelva. Hay muchas cosas que reestructurar.

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La prestigiosa exsuprema recibió el reconocimiento como Ciudadana Ilustre de San Martín.

Aída, la sanmartiniana

Su familia ha tenido una gran influencia en San Martín, especialmente en el ámbito de la cultura y el conocimiento.
─ Mi padre y mi madre trabajaron muchísimo por la cultura de San Martín, y cuando decimos cultura, decimos expresiones de todo tipo, no solo el libro, la biblioteca, la música, sino también el deporte. Mi padre fue durante diecisiete años tesorero del Club San Martín. Mi madre colaboraba con muchas asociaciones de beneficencia, o sea que, formaron parte de esta cultura. Mis padres no tuvieron la suerte que yo tuve en la vida de ir a un colegio secundario, de ir a la universidad. Eran autodidactas. Solo habían terminada la escuela primaria. Todo era entonces la tradición, que se trasmite como en el libro. En ese libro uno aprende lo que le viene, pero cada uno de nosotros tiene la obligación de escribir una nueva página. Uno no se puede ir de acá sin escribir una nueva página porque, si no, el libro sería incompleto, y lo tenemos que escribir entre todos. De modo que el conocimiento y cultura, en el caso de mi familia, siempre fueron unidos.

Usted citó una frase al recibir el reconocimiento: Somos lo que hemos sido en nuestra infancia. ¿Qué significa para usted?
─ La idea no es mía. Cité a dos grandes de la literatura francesa. Yo sostengo que, cuando uno en el lenguaje cotidiano dice ´hay cosas que se maman´, son las cosas que uno recibió en la infancia, no necesariamente por vías de la sangre de quienes fueron los padres biológicos, sino del ambiente en donde uno ha estado. Por eso, mis padres viviendo con toda la comunidad, la lección de vida que hay que convivir, la escuela primaria y secundaria, me marcaron muchísimo. Siempre recuerdo el guardapolvo blanco con el que iban vestidos desde el hijo del empresario, al del obrero. Para todo el mundo era el mismo guardapolvo. Eso fue enseñanza. Tuve la suerte que de ir al Colegio Nacional en San Martín y allí tuve profesores extraordinarios. Yo me reconozco en esas raíces.

¿Alguna vez imaginó que usted iba a ser una referente del Derecho argentino?
─ Nunca lo pensé, ni siquiera que la ciudad de San Martín me iba a hacer este reconocimiento, ni nada por el estilo. Mi vida ha estado siempre signada por levantarme todas las mañanas y ver qué es lo que tenía que hacer hoy, tratar de hacer lo planificado. Nunca pensé en algo más.

In voce

“Si miro hacia atrás, la primera imagen es la de mis padres cuando llegaron ha esta ciudad en 1939, con el sueño de una vida juntos. Aquí, con los amigos de todas las comunidades. Aquí nacimos mi hermana Jovita y yo. Aquí recibimos una lección de vida indiscutida, la de que en el mundo existen muchas personas diferentes y que, en esa diversidad, todos merecen trato igualitario y respetuoso”. “También recibimos la lección de la solidaridad social. No hay que trabajar solo para uno. Las asociaciones civiles forman parte de nuestra vida y también a ellas nos debemos”.

“Nunca hice por esta ciudad todo lo que hicieron mis padres, porque mis proyectos me llevaron por otros lugares. Pero debo señalar que fue aquí, en San Martín, donde fui a la escuela primaria, al colegio secundario, con profesores extraordinarios”. “La profesora Dora Marino me enseñó que, quien sube al Aconcagua en algún momento baja. La historia enseña que todos los imperios caen alguna vez”. “Puedo decir que esta educación pública, laica y gratuita, me marcó para siempre”. “Que sería yo si no hubiese sido la niña que fui. Antoine de Saint Exupéry decía: `Soy de mi infancia`. Y mi infancia se desarrolló aquí”.

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