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TRES VECES CAMPEÓN

Pequeñas Sabidurías del Fútbol Argentino: Los delanteros (PARTE 8)

Diario Mendoza comparte, en exclusiva, fragmentos del libro "Pequeñas Sabidurías del Fútbol Argentino" del escritor mendocino Pablo Rolando Marianetti que repasa consideraciones futboleras "que hasta el 2022 permanecían olvidadas".

messi maradona

LOS DELANTEROS

Durante las décadas del sesenta y setenta los delanteros eran tres,  dos wines o extremos,  el 7 por derecha y el 11 por izquierda, más un centro delantero, el número 9, quien debía capitalizar con el arco de frente la mayor cantidad de posibilidades de gol. Cargando con la maravillosa y pesada camiseta número 9. El centro delantero era y sigue siendo hoy el hombre gol del equipo, el jugador cuya función es nada menos que convertir goles. Una gran responsabilidad que sin embargo, resulta una maravillosa función. Será uno de los jugadores más queridos por la hinchada, junto al habilidoso creativo que lleve la número diez en su espalda y quizás también al capitán del equipo que en aquellos tiempos solía ser el caudillo de la defensa, por ejemplo un número seis, marcador central. 

Los niños jugando imaginan ser el nueve o el diez del equipo, o el arquero estrella, o el seis capitán. Pero, como explica este librito, cada quien “nace con un número en la espalda”,  a lo sumo entre sus habilidades habrá dos o tres posiciones en las que pueda jugar, no más. Encontrará su lugar en alguno de esos puestos, será una cuestión natural. 

lionel messi gol mendoza
 

El centro delantero argentino siempre fue un jugador certero para definir, menos habilidoso que un mediocampista de creación, pero de gran movilidad y astucia, de tranco largo y pegada poderosa.  Sabe recibir de espaldas al arco para pivotear con los wines, luego recibe sus centros como buen cabeceador buscando el frentazo abajo, sobre la línea de gol. El centro delantero argentino siempre está al acecho, solíamos decir “a la pesca”, moviéndose de un lugar a otro para desmarcarse y recibir asistencias,  ingresando al área con el arco de frente, el mejor panorama disponible para definir, ocasión que puede presentarse cuatro o cinco veces en noventa minutos, tras lo cual tiene la “obligación” de convertir un gol, cuando menos. 

leopoldo luque
Leopolo Jacinto Luque

Por lo general los nueve argentinos han sido fuertes artilleros y cabeceadores, de buena estatura, como Luque, Valdano, Morete,  Bianchi, Scotta, Batistuta o Palermo. Pero también los hubo menudos y bajitos como Ramón Díaz, el “Conejo” Saviola, Bernardo Romeo o el “Pulga” Rodríguez. Ellos suplieron su menor contextura con gran astucia, habilidad y velocidad. Un centro delantero debe poseer sentido de oportunidad, arrancando de espaldas al arco para hacer las veces de pivot con los punteros o laterales que ingresen por las bandas, buscando el rebote que otorgue el guardameta contrario. Siempre bien ubicado para cabecear los centros aliados, el nueve debe desmarcándose en busca del lugar propicio para definir sorprendiendo, cada vez que un compañero avance en ataque. En su posición el gol se vuelve función… Debe buscar y encontrar ese gol desde un lugar que existe y que su olfato le mostrará. El goleador nato no guarda el mínimo pudor en pos de convertir el gol, sea “de rodilla” o “de puntín” . Hace falta que la pelota ingrese en el arco rival y su equipo festeje y respire. Ése es su objetivo constante.

julian alvarez y lionel messi
Lionel Messi y Julián Álvarez

Leopoldo Jacinto Luque en 1978, Jorge Valdano en 1986 y Julián Álvarez en 2022, fueron los número nueve de nuestra selección argentina. Cada uno de ellos convirtió la idéntica cifra de cuatro goles en dichos mundiales, respectivamente, resultando vitales para la obtención de esos campeonatos del mundo. 

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Mario Kempes, el Matador

La eficacia de nuestros nueve campeones sólo se vio superada por la gloriosa medida de los balones de oro consagrados, Kempes, Maradona y Messi, en cada uno de esos mismos mundiales. Kempes, Maradona y Messi serán recordados por la historia como los principales gestores de aquellos logros, pero sin los nueve goleadores que los acompañaron, no hubiésemos ganado dichos mundiales. Y sin buenos arqueros tampoco…  Y así podemos mencionar la función de cada uno de los puestos del equipo.

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Diego Armando Maradona

  

Perdonen la insistencia pero en fútbol, los que ganan, son los equipos. 

“En fútbol nadie gana solo”

(VERDADERO)

 Al nueve le pedimos que se desmarque, que inquiete la defensa rival, que genere los espacios para llegar al gol, sea él quien convierta o uno de sus compañeros mejor ubicados de momento. 

El resto se le perdona, si alguna vez parece torpe o desatinado, o si no demuestras grandes habilidades con la pelota. Pero se le exige que convierta ante la oportunidad, que falle lo menos posible. Por su posición en la cancha será quien tenga las mejores y más numerosas ocasiones de gol durante todo el encuentro… Tal vez las únicas. Por lo menos en alguna una de esas ocasiones debe convertir porque su equipo lo necesita y trabaja intentando habilitarlo para que lo logre, durante todo el partido. 

El otro delantero de los dos que postulamos en nuestro dibujo táctico ideal, será el “win”. 

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Como hemos señalado, en otros tiempos los wines eran dos por equipo, el 7 desbordaba por derecha y el 11 por izquierda. Pero a partir de los ochenta y jugando 4-4-2 quedó sitio para uno solo, que puede aparecer por izquierda o derecha, rotando según las circunstancias del juego. Este delantero debe tener capacidad para desbordar al defensor hacia la línea de fondo, para enviar el centro atrás buscando al nueve o algún otro compañero que ingrese con el arco de frente, para convertir. 

También debe tener buena pegada para llegar al gol desde la derecha o la izquierda, cuando la oportunidad se presente. El desborde, el buen centro y la pegada al arco, son sus principales armas. Estas habilidades que necesita el delantero que acompaña al nueve, debe abrir la cancha para asistir a quien ingrese o entrar en diagonal buscando el arco buscando él mismo definir.   

gabriel batistuta
Gabriel Batistuta

Claudio López fue ese puntero solitario de nuestra selección en Francia 98, cumplía bien con su trabajo de asistir al gran número nueve que entonces era Gabriel Batistuta, o al hábil diez que era el “Burrito” Ortega. Cuando le criticaban su falta de gol “el Piojo” López respondía que ésa no era su primera función, porque la mayor parte del partido veía el arco desde un costado,  mientras que  Batistuta o su reemplazante Hernán Crespo se lo encontraban de frente, con todo sus metros de ancho disponibles para poder convertir. Que su primera función era desbordar y asistirlos para que ellos hicieran el gol. Y tenía razón. 

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Claudio Borghi

Pero hablando de los equipos campeones, el puntero con más horas de juego que acompañó al nueve en la delantera durante el Mundial 78 fue Daniel Bertoni, mientras que en 1986 dicha tarea se dividió entre Pedro Pablo Pasculli y Claudio Borghi, acompañando a Valdano.

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Pedro Pasculli

Para el 2022 “el Fideo” Ángel Di María supo aparecer jugando por derecha y por izquierda con gran eficacia para la función. Ellos supieron desempeñar su tarea de manera ejemplar, fueron un verdadero win buscando también el gol, gambeteando, desbordando, asistiendo y rematando al arco cuando se les dio la ocasión propicia.

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Ángel Dimaría

Una buena asistencia constituye la mitad de un posible gol. Sus funciones son tan cercanas al arco que los primeros en recibir críticas cuando un equipo pierde son sus delanteros y su arquero.  Pero cuando un equipo gana aclaman primero al diez y al nueve. 

La realidad que reitero sin cansarme en este librito es que victorias y derrotas son atribuibles por igual a todo el equipo y su técnico. 

El “Loco” René Orlando Houseman tuvo memorables actuaciones en los mundiales 74 y 78, era un puntero derecho de gran habilidad y muy ingenioso y veloz al mismo tiempo, una especie de Lionel Messi cuando “Lío” jugaba de siete en el Barcelona e incluso en la selección argentina. 

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René Orlando Houseman

Otro win pero por izquierda, en el 78 fue Oscar Alberto “El Negro” Ortiz, los primeros encuentro. Tal como en Ríver, desbordaba siempre por izquierda, después de amagar hacia adentro, llegaba hasta la línea de fondo sin que su marcador pudiera evitarlo aún sabiendo que lo hacía siempre.   

Sin embargo en aquel primer campeonato mundial ganado el gran puntero fue Daniel Bertoni. Tenía una potencia especial para trasladar la pelota y una pegada importante que le llevó a convertir dos goles fundamentales: uno en primera ronda y otro en la final. 

Ya en el Mundial 86 Claudio Borghi supo ser nuestro win elegante, Bilardo lo puso allí para que se luciera con toda su habilidad y él después de gambetear a su marcador enviaba notables centros hasta de rabona… como sólo el Diego y él podían hacerlo. Porque en realidad Borghi también podía jugar de diez, en el medio campo, pero allí el “Narigón” prefería más contención porque creación tenía suficiente, con Maradona y Burruchaga. En definitiva Borghi no logró acomodarse del todo de ese puesto, así es que finalmente el puntero que mejor integró la dupla ofensiva junto al nueve Jorge Valdano, fue Pedro Pablo Pasculli, un puntero de gran velocidad para el pique en diagonal, quien consiguiera aquel gol decisivo contra Uruguay en octavos de final, clasificándonos a cuartos después de ganarles uno a cero. 

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Jorge Burruchaga

En 2022 Ángel Di María será el puntero que más recordaremos, quien mejor armó la dupla con el nueve el joven Julián Álvarez, que le ganó la titularidad a Lautaro Martínez con sus actuaciones y sus goles. El “Fideo” Di María supo convertir también goles fundamentales. 

Una responsabilidad extra que estos nuevos tiempos dieron a los jugadores de ataque fue la obligación de patear penales. En los setenta se les daba por lo general a los capitanes del equipo, que eran marcadores centrales. 

En 1978 nuestro gran capitán fue Daniel Passarella, un número seis muy destacado que jugaba en Ríver Plate. Defendía, se proyectaba, pateaba tiros libres y era un gran cabeceador esperando nuestros tiros de esquina. Solía llegar al gol también ejecutando penales. Passarella en Ríver, Jorge Carrascosa en Huracán, Enzo Trossero en Independiente, Alfio Basile en Racing, Roberto Mouzo en Boca… Pateaban los penales. 

Honrar a los defensores capitanes con la ejecución de los penales era casi una tradición futbolera argentina. Y ellos respondían acertando. La costumbre llegó a los ochenta cuando el ejecutante elegido en nuestra selección – y en River -era Oscar Ruggeri. Luego llegó a los noventa a través de Carlos Bianchi en sus gloriosos equipos de Vélez Sarsfield y Boca Juniors, donde los penales los ejecutaba un defensor capitán también o el mismo arquero. ¿Por qué eran más eficaces que nadie aquellos defensores ejecutando penales? 

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Carlos Bianchi

Tengo una modesta teoría, que desarrollaré en un próximo capítulo, destinado precisamente a este tema. Adelanto en síntesis que los delanteros y mediocampistas de ataque tienen varias ocasiones de convertir en un partido mientras que los defensores encuentran dicha oportunidad única e irrepetible y por lo tanto, suelen aprovecharla bien.   

Para finalizar este capítulo sobre los delanteros, destaco que las principales duplas de ataque de nuestros equipos campeones mundiales, en 1978 fueron  Luque y Bertoni , en 1986 Valdano y Pasculli o Borghi y en 2022 Julián Álvarez y Ángel Di María. A sus notables desempeños debemos también las tres copas obtenidas. 

Reproducción del Capítulo Quinto del libro "Pequeñas Sabidurías del Fútbol Argentino" escrito por Pablo Rolando Marianetti.

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